Lo anterior no quiere decir que este miércoles haya fumata blanca y se sepa ya si se aplaza el derbi provincial y para cuándo, pero por lo menos el asunto estará por fin sobre la mesa, lo cual no está nada mal para la RFEF si tenemos presente que el Hércules solicitó el aplazamiento el viernes, día que era festivo en la Comunitat pero no en el resto de España.
La petición del club de Rico Pérez se justifica en la cuarentena de 10 días que está teniendo que guardar el equipo y cuerpo técnico después de que la semana pasada dos jugadores dieran positivo por Covid-19. Dicha cuarentena, ordenada por la conselleria de Sanitat, finaliza la noche del jueves por lo que los hombres de David Cubillo tendrían solo dos días para entrenar antes del choque, con el riesgo de lesiones que eso conlleva. Los blanquiazules han solicitado a la RFEF que el partido se dispute el fin de semana del 14 y 15 de noviembre, el primero de los reservados en el calendario 2020/21 para aplazamientos.
El Alcoyano, por su parte, aceptaría el aplazamiento pero no hasta ese fin de semana de noviembre: su director deportivo, José Luis González, volvía a reiterar este martes que lo suyo es que el encuentro se dispute en las 72 horas siguientes, es decir, el martes 20 o el miércoles 21: "La RFEF debe ser muy prudente y no tomar una decisión a la ligera porque hay un vacío muy grande en ese sentido. La normativa no es muy clara en casos como el que está afectando al Hércules y habrá que medir mucho las cosas", decía González que hablaba incluso de "peligroso precedente".
Ahora bien, la realidad es que los positivos en el Hércules no son los únicos en un equipo de Segunda B antes de la disputa de la primera jornada puesto que el Osasuna Promesas, que milita en el grupo II y que el domingo (12 horas) tendría que jugar en Tarazona, lleva ya dos días sin entrenar tras constatarse que dos de sus jugadores están infectados de Covid-19.
El filial rojillo jugó el sábado un amistoso en Soria con otro equipo de la categoría, el Numancia, que la tarde del martes anunciaba que tras la tanda de pruebas realizadas a su plantilla y cuerpo técnico no se han detectado positivos.
De acuerdo con la normativa de la Generalitat Valenciana y, más concretamente, con diferentes de resoluciones de Sanitat entre las que destacan dos del 24 de julio y del 17 de agosto, se puede hacer uso de hasta el 75% del aforo ordinario de un estadio con motivo de un partido de fútbol no profesional. Eso sí, se exige autorización previa de Salud Pública (si la asistencia prevista no supera las 400 personas no se necesita) que para concederla evalúa el plan de higiene y seguridad propuestos por el organizador (el club), además de la situación epidemiológica.
Agravios varios
Si en otras Comunidades Autónomas (CCAA) en el caso de positivos en equipos defútbol no profesionalse aísla solo al jugador infectado (los demás continúan con su actividad) y no se confina a todos como en la Comunidad Valenciana, también hay diferencias (notables) entre unas y otras CCAA a la hora de decidir sobre la asistencia de público a los partidos: mientras el Alcoyano (y el Hércules) no saben si podrán abrir las gradas a sus aficionados (aunque sea parcialmente), el próximo domingo en Galicia podrán entrar hasta 5.000 personas al estadio Municipal deRiazor con motivo del choque del Deportivo con el Salamanca y en Cantabria un máximo de 6.600 a El Sardinero para asistir al Racing-Portugalete; además, la Junta de Extremadura ha autorizado un aforo máximo de 7.000 espectadores en los estadios Nuevo Vivero de Badajoz y Romano de Mérida.
