Cuando un equipo construido, teóricamente, para jugar todas las temporadas la Champions League y poder competirla se encuentra a 16 puntos del cuarto clasificado de la Liga española al final de la primera vuelta, la situación sólo se puede definir como un auténtico esperpento
SAN SEBASTIÁN. Cuando un equipo construido, teóricamente, para jugar todas las temporadas la Champions League y poder competirla se encuentra a 16 puntos del cuarto clasificado de la Liga española al final de la primera vuelta, la situación sólo se puede definir como un auténtico esperpento. Primero con Nuno y las últimas cuatro jornadas con el inglés Gary Neville, el conjunto del que el singapurense Peter Lim es máximo accionista es una pesadilla para sus aficionados semana sí y semana también.
Durante los diecinueve partidos de la primera manga liguera el equipo ha demostrado las carencias de la penosa planificación deportiva del pasado verano, y eso se ha visto reflejado con unos números paupérrimos y muy alejados de lo que se esperaba cuando el equipo logró la clasificación para la Champions en Mónaco a finales de agosto.
La temporada pasada el equipo se cayó en el mes de enero justo cuando le tocó disputar a la vez dos competiciones. Esta temporada tocaba esa exigencia desde el principio y multiplicada por dos al jugar el mejor torneo de clubes del mundo. Sin embargo, en verano se prescindió de la secretaría técnica y se fichó mal, carísimo y a salto de mata. El resultado es un equipo sin alma, sin líderes y que deambula por el césped en el ochenta por ciento de los partidos.
La salida de Otamendi no ha sido remplazada porque el club esperó a la última semana del mercado veraniego para ficharle un sustituto al argentino, cuando sabían que este se marchaba desde el mismo momento en el que había finalizado la anterior campaña en Almería. El rendimiento de Abdennour está siendo un drama continuado y la alta inversión realizada en el tunecino está haciendo que juegue y regale puntos semana tras semana pese a que Santos o Vezo están mejor que él. En el centro del campo no se fichó a un organizador importante para sustituir a Parejo o sólo competirle el puesto. Se optó por renovarle a precio de estrella y se pensó en poner velas a la geperudeta cuando el madrileño no estuviera fino o cuando estuviera al nivel que acostumbró en Valencia durante sus tres primeros años. Ese es el Parejo que hoy juega en el Valencia, pero ahora con el brazalete y el diez a la espalda. Ese detalle, poco importante para muchos, define bien la nula personalidad del equipo. Centrarse únicamente en el capitán sería injusto porque ninguno de los fichajes multimillonarios del club ha rendido ni siquiera a un veinte por ciento de lo que se esperaba. Los Rodrigo, Negredo, Enzo Pérez o Abdennour siguen sin dar el salto de calidad que de ellos se necesita. Además, el equipo necesitaba crecer ofensivamente el pasado verano y lejos de firmar desborde, calidad y gol se renovó a lo grande a un futbolista como Piatti que con la llegada de Neville ha pasado casi al olvido. La juventud que llegó en agosto hoy sufre para poder sacar puntos y dar el nivel de un club como el Valencia CF.
Con esas, los de Mestalla volvieron a ser un equipo del montón en Anoeta. La primera parte que no disgustó a Neville no le gustó a casi ningún valencianista. Sólo Rodrigo lo intentó. El hispano-brasileño lo intenta de todas las maneras pero su gafe en Valencia ya es digno de estudio. Estrelló un balón en el larguero que Mustafi había cabeceado a la salida de un córner. Antes, la Real ya había pegado un palo con un disparo de Vela tras error grave de Abdennour y Bruma había fallado un mano a mano contra Jaume tras superar a Barragán en una contra realista tras un córner favorable al Valencia CF.
La segunda parte fue la de la debacle. Recordó al peor momento de Nuno en el banquillo con un equipo sin ambición, apático y llegando tarde a todos los balones. Santi Mina tuvo dos ocasiones clarísimas pero en una no se atrevió a mirar a portería y en la segunda la cruzó en exceso tras un buen pase de Enzo Pérez. Ahí, se acabó el Valencia CF. La Real Sociedad apretó, buscó la banda izquierda valencianista y por allí llegaron los dos goles de Jonathas. El brasileño estaba discutidísimo en Donosti hasta que llegó el Valencia CF. Los realistas se llevaron el encuentro y los de Mestalla se quedaron a 16 puntos del objetivo inicial de la temporada. Hoy el descenso está mucho más cerca que la Champions y lo peor de todo en Anoeta fue que el equipo volvió a sacar del cajón el traje de equipo vulgar que tan abajo le ha colocado en la tabla. Neville tiene faena y mucha si sigue convencido de que en este mes de enero no le hacen falta fichajes que mejoren lo que tiene.