CASTELLÓN. Los jugadores del Castellón han iniciado la semana de trabajo más atípica que pudieran imaginar. Sin fecha definida de reanudación de la competición y con el confinamiento impuesto por el Gobierno para contrarrestar los efectos del COVID-19, los componentes del equipo que lidera el grupo III de Segunda División B tratan de mantener la forma entre cuatro paredes con los entrenamientos individuales que tienen programados en sus domicilios.
La guía de pautas e instrucciones facilitada por el cuerpo técnico del conjunto albinegro a los futbolistas establece sesiones diarias de al menos media hora, con flexiones, carreras y otros ejercicios para trabajar el cuerpo en series de cuatro y cinco minutos, en los que también deben emplear combas, ruedas de deslizamiento y bancos, entre otras herramientas. El objetivo de estos ejercicios es mantener una condición física en condiciones para encarar el regreso a la actividad con una base sólida.
También hay indicaciones sobre el cuidado de la alimentación con el fin de que los jugadores reanuden los entrenamientos colectivos sin kilos de más y en disposición de asumir la exigencia de la competición con la menor demora posible.
Estas acciones formarán parte de la cotidianidad de los jugadores mientras se mantengan las medidas de aislamiento decretadas por las autoridades y a la espera de que la Federación tome una decisión respecto al restablecimiento de la competición en Segunda División B. Inicialmente, el organismo suspendió las jornadas del 15 y 22 de marzo a la espera de acontecimientos, lo que provocó el aplazamiento de los partidos que el Castellón tenía programados frente al Villarreal B y el Atlético Levante.
En caso de que los efectos del coronavirus remitan en las próximas semanas y se pueda recobrar la normalidad en la competición, los albinegros disputarían jornadas intersemanales para recuperar el terreno perdido en el calendario y cerrar los diez encuentros que les restan en la liga regular. De lo contrario, el partido jugado el 8 de marzo ante el Prat podría haber sido el último de la temporada de los orelluts, que lideran la tabla en su grupo con un punto de ventaja sobre Barcelona B, Sabadell y Cornellà.