VALÈNCIA. Los ojos de Peter Lim estaban fijados el sábado por la noche en el estadio de Balaídos. Marcelino García Toral, técnico del equipo del que es propietario, pasaba otra revalida ante el endeble Celta de Vigo, que seguía sin contar con su futbolista diferencial, su jugador franquicia: el ariete de Moaña Yago Aspas. Según ha podido conocer Plazadeportiva.com, un colaborador del agente Jorge Mendes estuvo en tribuna siguiendo atentamente el proceder del Valencia. Su misión: elaborar un informe sobre el rendimiento del bloque.
Pese al sostén de Mateu Alemany, que agotó todos sus argumentos en defensa del técnico en la reunión exprés llevaba a cabo en Singapur hace una semana, el dueño quería resultados inmediatos y exigió dos victorias: la de Copa del Rey ante el Sporting de Gijón del martes noche y, la más importante, la de Vigo ante un equipo con problemas de identidad. Las palabras de Alemany en favor del asturiano, el partido sin suerte ante el Valladolid y la respuesta positiva del público en aquel partido, no serían suficientes si no se superaba al Celta. Sólo dos victorias le darían estabilidad a Marcelino para seguir. El técnico ganó, en Mestalla y en Balaídos, cerrando así una semana con sendos triunfos que le devuelven parte del crédito perdido ante la propiedad tras una primera vuelta horrenda.
Mateu Alemany ha encontrado en la plantilla un aliado para mantener en el banquillo a Marcelino. Los gestos de los jugadores tras los dos goles y la explosión sentimental y anímica que se observó en el grupo al final del partido, refuerzan los argumentos que el ejecutivo mallorquín le dio al propietario en Singapur frente a la postura más crítica del presidente Anil Murthy.
"Ganamos y lo hicimos juntos, peleando, corriendo, luchando, remontando. Orgulloso de este equipo, de este vestuario y de esta afición. Amunt Valencia!!!", escribió Parejo en su cuenta de tuiter tras el partido. Al margen de las palabras del capitán, los abrazos, las palmadas y las carantoñas de los pesos pesados del vestuario con el técnico fueron muy significativos. En imágenes que recuerdan a las que se dieron tras la victoria agónica ante el Huesca, el grupo mostró que banca a su entrenador. Los jugadores eran conocedores de lo que su técnico se jugaba el sábado, de ahí las confidencias al oído de Marcelino de tipos como Rodrigo, Paulista, Garay o Santi Mina al final del duelo. Peter Lim no es ajeno a esta circunstancia.
"Me ha emocionado. Hay cosas que me han emocionado en los momentos de dificultad de esta temporada. Cuando hay una situación difícil, lo fácil es dividirse, pero no lo han hecho, el grupo no se ha roto y eso me reconforta. Los jugadores son los verdaderos protagonistas y estamos orgullosos. Ojalá podamos seguir confirmando el juego con victorias. Este equipo siempre compite y quería ganar, pero la falta de efectividad nos privaba de ello. Ahora poco a poco y con victorias la confianza aumenta y eso se traducirá en una mayor efectividad", dijo Marcelino, que estuvo a punto de romper a llorar tras el segundo gol y el sentido abrazo que le dio Rodrigo.
En las dos temporadas que lleva al frente al equipo, Marcelino, gracias al poder de maniobra que le concedió Mateu Alemany, ha diseñado un vestuario a su medida, del que ha ido eliminando paulatinamente a los jugadores que consideraba elementos desestabilizadores. El resultado es que el técnico maneja una plantilla sin estridencias ambientales en el que él es el macho alfa. El equipo que, por norma general, peca de falta de carácter y de gen competitivo, está con su entrenador y sigue creyendo en sus postulados, aunque este curso las dudas han aumentado ante la falta de resultados.
El sábado en Balaídos el entrenador y el resto del cuerpo técnico eran conscientes de que se la jugaban caso de no obtener una victoria. Desde el empate ante el Valladolid y la reunión para combatir la crisis que organizó Peter Lim en su domicilio acto seguido, la semana ha sido dura para Marcelino y sus colaboradores, que intuían que en el estadio vigués un empleado de Gestifute, al empresa de Jorge Mendes, estaba observándolos. Tras el partido se mantenía esa sospecha, aunque la reacción de la segunda mitad, la remontada y la unión que mostró la plantilla sumaron a su favor y los sostienen en el banquillo. Marcelino ha ganado crédito y ha salvado otra bola de partido.
Pese a que la respuesta sincera era afirmativa, el entrenador, preguntado sobre si se sentía aliviado con la victoria, lo negó. "Me siento igual que antes, igual que siempre. Disfruto con mi plantilla a pesar de los resultados por su trabajo y su actitud. Cuando ves que su plantilla sigue a su cuerpo técnico es motivo de satisfacción, aunque el mayor motivo de satisfacción es ganar. Hay que seguir. Empezamos la segunda vuelta con victoria y tenemos que darle continuidad contra el Villarreal". Los evidentes gestos de tensión en el entrenador y en la totalidad de su cuerpo técnico en la banda, hasta el gol de Rodrigo, indican el grado de nerviosismo que se vivió en el banquillo visitante de Balaídos. Ismael Fernández, preparador físico del equipo, fue expulsado por el colegiado José Luis González González según el acta por "salir del área técnica, corriendo hacia mi cuarto árbitro, gritando y protestando de forma ostensible". El temor a una destitución era evidente.