No se me olvida

VALÈNCIA. Ganó el Valencia CF en Valladolid. Una victoria tan justa como merecida. El triunfo en Pucela era tan necesario que no quiero ni imaginarme lo que podría haber sido la próxima semana y media sin competir en liga metido tan cerca del subsuelo de la tabla clasicatoria y con el infierno a tiro de piedra.

El equipo acabó por plasmar (por fin) la mejoría global que venía apuntando -aún sin victorias- desde la jornada ante el Athletic de Bilbao hace ya seis jornadas. Si no llegó antes el sumar de tres en tres se debió a las bajas que multiplican las carencias del desastre de plantilla que le ha hecho este año Anil Murthy a Javi Gracia con la anuencia y supervisión del máximo accionista Peter Lim.

Por eso no me olvido, ahora que parece que llueva menos, de todo lo que hay pendiente. Más allá de alegrarme y respirar aliviado por el triunfo en tierras pucelanas, no pienso darle el carácter triunfalista que los voceros del régimen (propios y ajenos) pretenden para inflar pecho para tapar una realidad impepinable. Si hay que sacar pecho por ir décimo terceros en la liga, que paren el mundo que me bajo.

Por eso no me olvido de todos los desastres que siguen rodeando al equipo día a día. No me olvido de que la semana pasada se filtró (decían que estos de Singapur no filtraban, y filtran más que una pared con humedad. Filtran mentiras y a sus acólitos, pero son los que más filtran y con diferencia) que Anil quería quitarse de en medio a Javi Gracia. Eso sí, lo dejó bendecido: desde entonces dos partidos y dos victorias. Y tampoco me olvido de que no se lo cargaron para evitar pagarle el finiquito. Así se gestiona hoy en día el club.

No me olvido de que se filtró que vendrían -ahora sí- refuerzos. Mejor dicho, vendrían fichajes, porque una cosa son los fichajes, y otra muy diferente son los refuerzos. Estaría bien después de un año y medio que viniera algún futbolista. Esta vez se filtró la noticia porque ya no les queda nadie por quemar para hacer el papelón de asegurar las incorporaciones, tras echar al fuego al ex consejero Zaragosí (al cual loaron en la nota pública de su adiós como consejero, pero al que en la hora de la verdad no les tembló el pulso lo más mínimo para echarlo a la hoguera de un papelón de tal magnitud). Eso sí, parece que lo que el máximo accionista ha autorizado es a que se busquen futbolistas cedidos a coste cero. Como ya he dicho antes, una cosa son los fichajes, y otra bien distinta los refuerzos. 

Tampoco me olvido que son capaces de repescar cedidos como Piccini o Jorge Sáenz y hablar de refuerzos. Por cierto, si acabaran fichando -complicado- y acertando -más complicado aún con los parámetros que manda el máximo accionista-, que no vengan a colgarse medallas. La estupidez sería del calibre de quejarte porque te multan por pasarte un sémaforo en rojo y pedir un premio de la DGT por frenar ante otro del mismo color.

No se me olvida una realidad: o vienen refuerzos, o pese a la victoria en Valladolid este equipo las va a pasar canutas.

No se me olvida que el club echó a la Agrupación de Peñas por ser crítica y que la Asociación del máximo accionista sigue a lo suyo. Y no se me olvida la pantomima-encerrona de haber echado a los accionistas minoritarios de las juntas generales en una asamblea teledirigida al más puro estilo dictatorial que tanto gusta a los que mandan ahora en el club. 

Tampoco se me olvida que hay un fanzine que se financia con dinero del club (como si le sobrara los euros) y que se ha dedicado a cargar contra Gracia, contra la plantilla, contra ex jugadores muy importantes en la historia reciente de la entidad y contra los valencianos llamándonos xenófobos por el pecado de atrevernos a criticar la nefasta gestión de esta banda de mercachifles orientales.

No se me olvida que se siguen agotando los plazos para la ATE y el Valencia da las mismas señales de vida que pueda encontrar un astrónomo en alguna luna de Saturno.

No se me olvida que hay una oposición al máximo accionista a la cual los políticos de esta ciudad le están abriendo las puertas con el consiguiente mensaje subyacente -y ya veremos qué ocurre cuando se reúnan con el banco-.

No se me olvida que el máximo accionista ha abandonado este equipo y no le importa lo más mínimo verlo caer (por cierto, ¿De que Óscar Fernández esté haciendo un milagro con el Mestalla para que no se le caiga a puestos de descenso también tiene la culpa Marcelino, Mateu, Celades, el Covid o los futbolistas tóxicos que habían en la anterior plantilla?).

No se me olvida que la auténtica Meriton Youth Policy es la del Valencia CF de toda la vida. La de Gayà y Soler, llegados a la escuela cuando estos inventores del fútbol no sabían ni siquiera dónde estaba Paterna y a cuyos profesionales han ido echando a la calle esta pandilla de iluminados que se encargan del día a día del club sentados en las mesas de las terrazas de los bares de los alrededores de Mestalla.

Y sobre todo, no se me olvida que un día -pese a que aún estemos lejos- la gente volverá a Mestalla. Y entonces los almuerzos igual suben de precio.

Creo que conviene no olvidar -y menos, por un resultado positivo- nada de esto para el camino que hay que andar. Cuánto antes, mejor.