SABADELL. No quiso ni mucho menos restarle mérito al rival; de hecho, aseguró que había sido mejor en la segunda mitad, pero sí dejó claro que estaba molesto con la dureza con la que se había empleado.
Con Pablo Íñiguez camino de un centro hospitalario tras una dura entrada de Arturo que solo fue sancionada con amarilla por el árbitro, el técnico del Hércules, Lluís Planagumà, no quiso dejar pasar la ocasión de hacer patente su disconformidad con la intensidad mal entendida de algunos de los jugadores rivales, algo que aseguraba que no era la primera vez que le ocurría a su equipo este curso.
Con lo anterior, el entrenador blanquiazul no buscó desviar la atención ni mucho menos respecto a la derrota, ya que dejó claro que, tras una primera mitad que definió como "igualada" y en la que entendía que los suyos incluso habían "llegado con más claridad a la portería rival", en el segundo tiempo el Sabadell "estuvo mejor", destacando el trabajo de los Édgar, Felipe Sanchón y Néstor, que dijo que había generado mucho peligro hasta el punto de que Falcón, pese a encajar dos goles, "había hecho un partidazo".
"Tenemos que proponer más, ser más dominadores", decía Planagumà, quien se mostraba contrariado por los tres goles encajados en los dos últimos partidos a domicilio, ambos cerrados con derrota, e insistía en que "el rival también juega" y el Sabadell "es un equipo para estar en el 'play-off'", aunque también dejaba claro que no le había sorprendido la propuesta del equipo arlequinado: "Ha hecho el partido que esperábamos, con fútbol directo y buscando la segunda jugada, pero también con Edgar y Felipe entre líneas y dando trabajo a nuestros centrales y Néstor llegando desde atrás".
"El Sabadell ha estado mejor (...) la derrota no siempre es culpa nuestra", sentenciaba Planagumà.