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Primavera Blanquiazul

30/05/2021 - 

ALICANTE. No fue la toma del Palacio de Invierno, pero sí cabe hablar de Primavera Blanquiazul, por lo que mal hará Enrique Ortiz si sigue ignorando a la más que significativa corriente de oposición que reina en el herculanismo

No era la primera vez que los aficionados del Hércules llevaban a cabo una acción de protesta, pero nunca antes lo habían hecho en un número semejante (incluso si damos por buena la cifra de 700 manifestantes de la Policía, que no es el caso del que escribe, aunque de eso hablaremos después). Si antes "no eran cuatro locos y un tambor", ahora menos

Otra cosa es que los aficionados consigan su propósito porque el "hemos venido a recoger las llaves" que muchos cantaban, no sin sorna, al enfilar la calle Jorge Juan, sigue siendo muy complicado que se produzca: Ortiz no quiere entregar las llaves del castillo (no va con segundas) y, como se ha podido comprobar, los políticos ni le han invitado a hacerlo (tampoco pueden exigírselo) ni lo van a hacer. 

El Ayuntamiento de Alicante sí le exhortó a escuchar a sus aficionados en la búsqueda de soluciones, algo que movió directamente al Hércules a crear una suerte de senado, un órgano consultivo que los aficionados se apresuraron a rechazar, entre otras cosas porque entienden que el tiempo del diálogo ya pasó... El problema es que, por ahora, no parece que existan alternativas que conduzcan a la salida del empresario, por lo que podría ser otro foro (más) en el que los herculanos críticos con Ortiz puedan trasladarle sus exigencias.

La tarde de este domingo el empresario se mantenía abierto al diálogo, con una postura conciliadora (sigue esperando que Luis Barcala responda a su petición de reunión) y abierto a compartir el auxilio financiero (y, por extensión, la gestión) que el club necesita con alguien que se retrate económicamente. El problema es que seguía estando muy por ver que exista ese alguien (de hecho, desde el club lo buscan activamente desde hace semanas). Y si lo anterior es harto difícil, imaginemos el que aparezca un caballo blanco: un inversor no solo con una oferta capaz de seducir a Ortiz para que venda, también con capacidad para hacerse cargo de los problemas económicos del club... 

Los mensajes de los aficionados tuvieron como principal destinatario al dueño 'de facto' del Hércules, pero también los hubo para los políticos ("Llegan 20 años tarde, pero bienvenidos") y para esos supuestos interesados: "Cuánto bien hubiese hecho a esta manifestación conocer sus intenciones", se llegó a escuchar durante los discursos; si existen, este es el momento de que den la cara, pues mejor coyuntura no encontrarán.

La opción del cambio de modelo, pasar del cortoplacismo al medio plazo, apostar por un club de cantera, parece aparentemente más fácil de implementar ahora mismo, pero es cierto que Ortiz ha dicho una y otra vez que eso no está en su hoja de ruta y, lo que resulta más importante, si antes las urgencias condicionaban las decisiones, en este momento todavía más porque el Hércules no solo necesita ascender, es que se va a encontrar como rival directo a un vecino que si por algo apuesta es precisamente por el corto plazo: formar un equipo lo más potente posible para llegar al fútbol profesional en el menor espacio de tiempo. El riesgo de 'sorpasso' está ahí, igual que ocurriera en la primera década de este siglo con el desaparecido Alicante CF. Entonces no se produjo, pero no hay nada que permita asegurar que ahora ocurrirá lo mismo. Habría que ver qué dicen muchos de los aficionados que exigen la marcha de Ortiz si con este u otro u otros en el club el CF Intercity da un vuelco a la situación (los asistentes en el Antonio Solana al Intercity-Ilicitano no fueron muchos menos de la mitad de los que siguieron el último partido del Hércules en el Rico Pérez).

'Guerra de cifras'

La manifestación de este domingo no escapó a la habitual guerra de cifras que se desata tras este tipo de eventos. El Cuerpo Nacional de Policía, que encabezaba con un furgón la movilización, cifró la afluencia en 700 personas, un número que sorprendió a la inmensa mayoría por corto y es que, si bien en la plaza del Ayuntamiento es posible que no se llegase ni a ese número de manifestantes, durante el recorrido estos eran a todas luces bastantes más. El protocolo que usan los cuerpos policiales para calcular la afluencia en manifestaciones está más que regulado: con carácter general, se estiman 1,5 personas por metro cuadrado en el caso de marchas, más/menos los flujos de entrada y salida durante el recorrido. En este caso, hay que tener presente que, como la propia organización pedía, los aficionados debían guardar cierto distanciamiento social (2 metros) para evitar problemas con el Covid-19, por lo que la regla de 1,5 personas por metro cuadrado se ve claramente alterada. Además, hay que contar con que desde Luceros partieron más o menos el mismo número de aficionados que llegaron a la plaza del Ayuntamiento, pero también que durante la parte intermedia del recorrido se sumaron muchos a la movilización y todavía más la abandonaron antes de su finalización: buena prueba de ello es que siendo las calles López Torregrosa y Rafael Altamira de anchura similar, en la primera costaba avanzar mientras que en la segunda se podía caminar con fluidez.  

En la avenida de Alfonso El Sabio y la Rambla de Méndez Núñez no eran solo 700 los aficionados, pero tampoco 1.500 o 2.000 como aseguraba la organización. En cualquier caso, fueran más o menos, la de este domingo fue, con diferencia, la protesta más numerosa del herculanismo en los 22 últimos años. Un éxito para los organizadores, que bien haría Enrique Ortiz en no despreciar.

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