Segunda fiesta de Primera en nueve meses

ALICANTE. Segunda fiesta de Primera División para el Elche en apenas nueve meses.

Este sábado, el equipo franjiverde lograba en el último partido del curso liguero 2020/21 la permanencia en la máxima categoría, igual que a finales del pasado agosto consiguió el billete para la misma en el último choque del 'play-off' de ascenso 2019/20.

Los fastos arrancaron sobre el propio césped del estadio Martínez Valero incluso antes de que el encuentro del Huesca finalizara (los franjiverdes necesitaban que, además de ganar al Athletic, los azulgranas no hicieran lo propio sobre el Valencia), toda vez que la noticia de que el conjunto che había marcado en El Alcoraz en el tiempo de añadido (lo hizo por mediación de Yunus Musah, pero el tanto fue anulado por fuera de juego) disparó la alegría entre los cinco mil espectadores que habían podido asistir al choque, una euforia que tardó solo unas décimas de segundo en contagiarse a los jugadores y buena parte del 'staff' técnico que aguardaba sobre el terreno de juego el desenlace del partido del rival directo en la lucha por la salvación. 

Una vez se confirmó que, a diferencia del Elche, el Huesca no había hecho los deberes, todos los presentes dieron rienda suelta a sus emociones llegando los jugadores (entre los que se encontraba también el bueno de Gonzalo Verdú, que tuvo que retirarse en la segunda mitad por una presumiblemente lesión ligamentosa en una de sus rodillas), además de abrazarse a familiares, amigos y aficionados que estaban en las primeras filas de las gradas, a dar la vuelta al terreno de juego y mantear al técnico, un Fran Escribá que, como él mismo desvelaría en la rueda de prensa posterior al choque, vio por televisión desde su despacho el último minuto del encuentro de El Alcoraz. 

Al tiempo, muchos aficionados que no habían podido hacerse con una de las 5.000 preciadas entradas, empezaron a concentrarse ante la fachada principal del estadio, uniéndose con sus cánticos (y tracas) a la celebración antes incluso de que los jugadores asomaran por la puerta cero.

El "Son, son de Primera División" y "Herculano el que no bote" rivalizaron una vez más con el Aromas Ilicitanos, el himno oficioso de la entidad.