ALICANTE. Pese a las más de diez horas de trayecto por carretera, unos setenta aficionados del Hércules se dieron cita este sábado en el Camp d'Esports de Lleida, viendo recompensado su esfuerzo con la victoria de su equipo.
Ubicados en el fondo sur, animaron a los jugadores blanquiazules durante los 90 minutos y, una vez el árbitro señaló el final del encuentro, celebraron con ellos el triunfo. Aunque a lo largo del partido, además de la lluvia, tuvieron que aguantar algún improperio y cántico desafortunado desde un sector de la afición local (que fue respondido por alguno de los desplazados de la misma mala manera), la noche estuvo cerca de estropearse cuando abandonaban el coliseo ilerdense: un grupo de individuos, sin prendas que les identificasen como aficionados del Lleida y que permanecía escondidos tras los árboles y vehículos estacionados, irrumpieron para tratar de agredirles al grito de "españoles hijos de puta" y "puta Hércules", algo que estuvieron muy cerca de conseguir ante la inicial pasividad de los Mossos que finalmente intervinieron al ver que los herculanos estaban dispuestos a responder al ataque, recibiendo uno de los agentes durante su actuación el impacto de una piedra en el rostro.
Autobús escoltado
Afortunadamente ese fue el único herido en el incidente a las puertas del Camp d'Esports, llegando ilesos al autobús en el que se habían trasladado el grueso de herculanos presentes en Lleida y es que de los 80 aficionados desplazados, fueron algo más de 60 los que viajaron en ese vehículo fletado por el club blanquiazul y que abandonó la ciudad escoltado por la Policía Autonómica catalana.
