El técnico asturiano Marcelino García Toral cumplirá este miércoles un año al frente del Valencia, club que ha revolucionado tras dos temporadas en caída libre al convertirlo en un bloque compacto que se ha hecho hueco en la Liga de Campeones
VALÈNCIA. El técnico asturiano Marcelino García Toral cumplirá este miércoles un año al frente del Valencia, club que ha revolucionado tras dos temporadas en caída libre al convertirlo en un bloque compacto que se ha hecho hueco en la Liga de Campeones.
El 23 de mayo de 2017, dos días después del final de la Liga anterior, tuvo lugar la presentación oficial del técnico, cuya contratación para los dos años siguientes se había anunciado el día 11 del mismo mes.
La principal idea de Marcelino en el momento de su presentación giró en torno a la necesidad de que el equipo nunca dejara de competir y de devolverlo al lugar que le correspondía, aunque no especificó un objetivo concreto, ni aludió a la Liga de Campeones.
Ahora, 365 días después, el cierre de la actual campaña ha convertido en realidad sus intenciones, con un buen fútbol, una plantilla implicada y la clasificación para el primer torneo continental.
Al iniciar el primero de sus dos años de contrato con el club, destacó que las expectativas del Valencia y el proyecto que le presentó el director general, Mateo Alemany, fueron las claves para ir al Valencia y que iba a trabajar con una plantilla corta y con dos porteros.
Buena parte de lo que anunció Marcelino en aquel momento se ha cumplido a lo largo de la primera temporada en la que ha ejercido mando en plaza como patrón de la nave valencianista.
La primera parte de su revolución se centró en la confección de la actual plantilla y en especial en el capítulo de las salidas al prescindir de forma momentánea o definitiva y con criterios muy diferentes de buena parte de sus integrantes.
Así, salieron de la entidad Diego Alves, Adelan Santos, Elliaquim Mangala, Guilherme Siqueira, Mario Suárez, Enzo Pérez, Zakkari Bakkali, Fede Cartabia, Luis Almeida "Nani", Vinicius de Araujo, Aymen Abbdennour o Matt Ryan.
A estas se unieron otras salidas posteriores como las de Joao Cancelo, Álvaro Medrán, Fabián Orellana o Rober Ibáñez, así como las llegadas, también en diferentes condiciones, del meta Neto, Ruben Vezo, Jeison Murillo, Gabriel Paulista, Nemanja Maksimovic, Gonçalo Guedes, Andreas Pereira, Geoffrey Kondogbia, Francis Coquelin, Luciano Vietto o Ferran Torres.
Por ello, solo se mantuvieron en el proyecto respecto al año anterior Dani Parejo, Jaume Doménech, José Luis Gayà, Rodrigo Moreno, Martín Montoya, Santi Mina, Ezequiel Garay, Toni Lato, Simone Zaza y Carlos Soler.
A lo largo de la temporada el técnico destacó que era imposible pelear con el Barcelona y el Real Madrid, a los que últimamente ha añadido al Atlético, por objetivos deportivos y pidió calma ante las urgencias "que se palpaban en el ambiente".
En septiembre dijo que hasta abril no iban a saber si merecían estar en Europa, pero al llegar ese mes, la clasificación para la primera competición continental estaba prácticamente asegurada.
El técnico cumple un año al frente del Valencia sin haber querido pronunciarse sobre la renovación de su contrato, que concluye al final de la próxima temporada, pero también con la afirmación de que el equipo debe ofrecer el año próximo como mínimo el mismo rendimiento que en este y la de que ser cuarto es ser el mejor equipo de la "otra liga" española.
Entre sus preocupaciones se encuentra la de empezar desde ya a programar el año que viene con la intención de hacer un equipo competitivo y capaz de rendir al ritmo de dos encuentros por semana tras haber constatado en la campaña recién terminada que el peor Valencia se vio precisamente cuando participó en dos competiciones entre diciembre y febrero.
Consciente de que el club deberá claudicar ante algunas leyes del mercado futbolístico y se verá obligado a vender jugadores importantes, Marcelino inicia su segundo curso en Mestalla preocupado por la necesidad de que el club no se equivoque en los fichajes para el próximo proyecto.