Ahora os toca a vosotros

VALÈNCIA. El recuerdo del Rubén Baraja jugador, así como el de las leyendas del doblete que posaron para la foto de Mestalla el día de su presentación como nuevo entrenador del Valencia fueron, sin duda, los recursos que Peter Lim utilizó como escudo humano debido a la crisis galopante que atraviesa el equipo y la ruptura total de Meriton con la afición. La imagen evocó momentos de felicidad plena. Años inolvidables. Volver a verlos juntos nos tocó la fibra a más de uno.

Sin embargo, superada ya la nostalgia, toca cerrar el capítulo de elogios, buenos propósitos y felaciones varias. Todo queda ahí. Punto final. Es el momento de ponernos serios, de olvidar viejas glorias, de despertar de los sueños del pasado y de aparcar la memoria histórica. Porque la única verdad es que hay que centrarse en un presente nada halagüeño. Nos estamos jugando el descenso a Segunda. Ha llegado el momento de que tanto el entrenador como la plantilla demuestren sobre el terreno de juego que de verdad quieren salvar al equipo. Y que de ellos depende.

Sí, ahora os toca a vosotros. Al técnico y a los futbolistas. Porque el descenso solo se puede eludir desde la máxima exigencia dentro del campo. De lo sucedido hasta la fecha podrán poner cualquier excusa. Pero estamos en la situación en la que estamos porque no se ganan partidos. Así de simple. Es cierto que el Valencia no tiene equipo para regresar a Europa, pero tampoco para bajar de categoría. Ahora bien, tengo muy claro que si el vestuario no se pone el mono de faena, desciende. Porque no va tan sobrado de calidad como para ganar solo con el escudo. Aquí no queda otra que tirar de experiencia y de conocimientos desde el cuerpo técnico, y de piernas, corazón, pulmones y cabeza los jugadores.

Llega el partido de Getafe. Vital. Si el Valencia gana no habrá logrado el objetivo de la salvación. Ni mucho menos. Una victoria no garantiza eludir el descenso. Pero el refuerzo moral sería espectacular. El equipo hincharía el pecho para mejorar en lo anímico de cara a partidos más complicados como ante la Real, por ejemplo. Tampoco una derrota te manda directo a Segunda. Sería un paso atrás, un golpe duro, pero no decisivo. La tabla está apretada, todavía queda mucha tela que cortar. Y el camino va a ser muy largo. De “sangre, sudor y lágrimas”, que decía Churchill. Que el equipo ponga las dos primeras. Y si hay que llorar… ya lloraremos nosotros.