VALÈNCIA. Levante y Osasuna han oficializado este sábado el traspaso de Aitor Fernández y su llegada a Pamplona con la carta de libertad en la maleta. El guipuzcoano, que volverá a jugar cerca de su casa, Mondragón -le quedará a 100 km de El Sadar- ha reconocido en una carta de despedida que es una de las razones, entre otras, que han decantado la balanza hacia el club rojillo: "Han sido cuatro años de momentos de inmensa felicidad y también de tristeza, sobre todo estos dos últimos años, por el descenso y por el fallecimiento de mi padre", ha escrito en una misiva publicada por el propio Levante. "Es por eso que siento la necesidad de estar cerca de los míos y decidí que era el momento de volver a casa", amplía el portero.
Aitor, que también ha agradecido al club, en especial a su presidente, Quico Catalán, a sus compañeros y a la afición por el trato tras cuatro temporadas como granota, también ha afirmado que su fichaje por Osasuna "es un salto gigante": "Es un club que está haciendo las cosas muy bien los últimos años y lo que transmite fuera de Pamplona es que es un club estable, así que no podía decir que no", ha trasladado en una entrevista en los medios oficiales de la entidad pamplonica.
Respecto a su próxima competencia con Sergio Herrera, arquero actualmente titular del cuadro navarro, ha dicho que "el que más juegue o el que menos ha de sumar". Y es que el mismo Aitor ha vivido este curso una tesitura inusual para él desde que se hiciera con los dominios de las redes del Ciutat. Cárdenas le superó en la rotación y acabó haciéndose con la condición de titular. Eso sí, otro de los grandes motivos de su llegada a Osasuna es la presencia de Jagoba Arrasate en el banquillo. El técnico ya lo tuvo en el Numancia y su figura "ha hecho decantar la balanza, aunque en este caso no tenía ninguna duda", según ha comentado el meta vasco.