El técnico granota admitió los fallos de su equipo pero alabó su sacrificio hasta el último suspiro
VALENCIA. El entrenador del Levante, Lucas Alcaraz, afirmó que su equipo estuvo desacertado ante el Eibar, pero tuvo alma suficiente como para rescatar un punto en el último minuto de un encuentro que perdía por 0-2, pero que finalmente empató.
No se pronunció sobre la justicia del resultado porque el partido fue, bajo su punto de vista, complicado y accidentado por la falta de acierto y las lesiones.
"No sé si ellos habían hecho lo suficiente para tener un 0-2, pero nosotros en la primera mitad hicimos un palo y Ghilas tuvo el gol", señaló Alcaraz, quien admitió que la forma de sumar un punto tal y como se había sumado hoy, le supo a gloria.
"Ganar en casa no es fácil en esta Liga. Muchos equipos no lo han conseguido, pero lo que me ocupa ahora es tratar de sacar los partidos más con argumentos que con motivación", prosiguió el técnico andaluz.
Sobre el cambio en la disposición de sus jugadores en la segunda mitad al pasar de una defensa de cinco a una de cuatro, señaló que con uno y otro planteamiento el equipo no tuvo acierto.
"No creo que hayamos mejorado tras el descanso, lo que ocurre en que tuvimos dos ocasiones en cada periodo y mientras las de la primera mitad las fallamos, las de la segunda las aprovechamos", concluyó