MURCIA. Una fea derrota y KO a las primeras de cambio en el Masters 1.000 de Cincinnati, en Estados Unidos. La imagen de Carlos Alcaraz Garfia golpeando hasta destrozar su raqueta ya ha dado al vuelta al mundo y simboliza su desesperación en el partido que perdió ante el francés Gael Monfils por 6-4, 6-7 (5) y 6-4 en 2 horas y 30 minutos de juego en dos días pues el encuentro se interrumpió por la lluvia y finalizó este viernes. Este resultado impide a CA alcanzar el segundo puesto del ranking ATP que seguirá siendo para el serbio Novak Djokovic con el italiano Jannik Sinner en el primero.
Este duelo de la segunda ronda del torneo previo al US Open tuvo un desarrollo y un desenlace difícil de manejar en el Lindner Family Tennis Center de Ohio, donde se aplazó la actividad cuando el murciano estaba cerca del triunfo: ganó el primer set por 6-4 aunque perdía por 1-3 en el tie break del segundo.
El de El Palmar, quien regresaba a la competición después de la final olímpica que perdió ante Djokovic por un ajustado marcador de 6-7 (3) y 6-7 (2) el pasado 4 de agosto, lo hizo estrenando indumentaria -pantalón y camiseta granas y ribetes y mangas con otros tonos más oscuros y naranjas-.
Para el pupilo de Juan Carlos Ferrero era también el retorno a la pista dura tras jugar sus últimos torneos en tierra -los más recientes Roland Garros y los Juegos- y también en hierba -Wimbledon y Queen's-.
Enfrente tenía a Monfils, veterano jugador galo de 37 años -hará 38 el 1 de septiembre- y que ocupa el puesto 46 en la clasificación ATP. El parisino había vencido unas horas antes por 7-5 y 6-3 al australiano Alexei Popyrin, quien a su vez venía de proclamarse campeón del Masters 1.000 de Canadá.
Era el tercer duelo entre el de El Palmar y el galo, quien llegó a ser sexto del mundo a finales de 2016, y el resultado estaba cerca de ser el mismo que en las dos ocasiones anteriores, registradas también en Estados Unidos, en los dos Masters 1.000 que se disputan allí, este año en la segunda ronda de Miami (6-2 y 6-4 para Carlos) y en 2022 en Indian Wells entonces en octavos de final (7-5 y 6-1 también para Alcaraz).
Con dos tenistas que juegan de forma desenfadada el encuentro prometía espectáculo y el español, quien a sus 21 años es el número 3 del mundo y roza la segunda posición -sería suya si supera este escollo y luego venciera a Rune-, lo comenzó por detrás porque su rival se llevó su saque.Sin embargo, pronto iban a quedar claras sus intenciones. Estableció el 1-1 con solvencia y acto seguido se anotó el break para cobrar ventaja en la primera oportunidad que se le presentó.
A partir de ahí, con ir sumando con su servicio le bastó para mantener la iniciativa. De hecho, el 3-1, el 4-2 y el 5-3 los logró en blanco. Dominando con su derecha y yéndose a la red a volear lo cerró después de 32 minutos con alguna duda porque se volvió a colocar 40-0 a favor pero Monfils igualó antes de cometer dos errores que supusieron la conclusión de esta manga. Fue tras un Viva España escuchado desde la grada que auguraba lo que ocurriría en el siguiente punto.
La segunda manga arrancó como lo había hecho la primera. Monfils dio primero echando la bola al aire y también ahora Carlos igualó la contienda con su saque. La diferencia con respecto al inicio del choque fue que el francés se mostró más seguro y así continuó mandando base de aces.
El encuentro empezó a torcérsele a Alcaraz. No en vano Monfils dispuso de hasta cuatro pelotas de quiebre cuando hasta entonces no había dispuesto de ninguna. No obstante, el murciano remontó un 0-40 y una posterior desventaja para lograr el 3-3 gracias también a que su oponente cometió varios errores no forzados.
En todo caso, Monfils, tratando de buscarle las cosquillas a Alcaraz, iba a seguir resistiendo y amenazando al resto (3-4 y 40-40). El saque volvió a sacar del apuro al palmareño, que perdió una gran ocasión para conseguir un break que apuntaba a casi definitivo. Dejó escapar un 15-40 y el galo, con el noveno ace en su cuenta, fue quien se puso 4-5. Lejos de lamentarse CA se centró en seguir adelante y así volvió a empatar la contienda en este set y además en blanco con el que fue su quinto saque directo.
Con el cielo amenazando tormenta en el condado de Hamilton, en Ohio, la manga se encaminaba al tie break y lo hubo porque cada jugador no se dejó sorprender en su turno de servicio aunque con susto para Carlos, quien levantó otra posibilidad de ruptura en su contra que esta vez era de set.
Tres puntos seguidos suyos dieron paso a la muerte súbita, en la que Monfils arrancó mucho mejor (0-3). Alcaraz recortó con el 1-3 y en ese momento quedó suspendido el choque al empezar a llover sobre la pista central del Lindner Family Tennis Center. Al persistir el temporal la interrupción se prolongó al menos hasta este viernes. Había que esperar a que el cielo se abriera en Cincinnati.
Diecisiete horas y media después del parón se reanudó el partido y, aunque Alcaraz apretó con el 2-3, el 3-4 y el 5-6 fue Monfils el que se salió con la suya y forzó el tercer set. Dejó escapar dos opciones más pero a la siguiente ya no falló y un buen servicio del galo llevó el choque al desempate después de una hora justa de juego efectivo. Otro tie break perdido por CA como los dos que le costaron la derrota en la final olímpica ante Djokovic.
Había que aplicarse ante un rival crecido y que inició esa manga con dos posibilidades de quebrarle el saque al murciano, quien reaccionó para lograr el 1-0.
Ya no había lluvia pero sí un incómodo viento racheado que dificultó la práctica del tenis para ambos contendientes. En este contexto fue Carlos el que tuvo dos ventajas para el 2-0 pero tampoco las hizo buenas.
Fallando mucho más de la cuenta siguió en apuros, tanto que cedió su saque por primera vez en el encuentro. Las sensaciones no eran buenas para él, sí para su contrincante. Además, le faltó concretar una nueva ventaja y se vio 1-3 abajo. El número 3 del mundo estaba fuera del partido y lo demostró rompiendo su raqueta al golpearla hasta en cuatro ocasiones contra el suelo. Un gesto inusual en él mezcla de impotencia y rabia. Fue abucheado por el público y recibió la amonestación arbitral.
Tras el berrinche Carlos quiso reaccionar siendo positivo y así acortó distancias y luego tuvo otra bola para lograr el break pero tampoco la aprovechó y siguió por detrás con cada vez menos tiempo para arreglar lo roto. Monfils, cargado de confianza e interpretando bien el juego saque-volea, no perdió fuelle a pesar de la presión a la que le sometió Alcaraz, quien, pese a estar tocado no dejó de apretar. "Parece que no quiero ganar el partido", dijo tras el 2-4. "Pues ve y dale la mano", le respondió Ferrero.
La conversación en clave sesión de terapia no repercutió porque el francés siguió implacable y llegó hasta el 3-5 y luego al definitivo 4-6 después de otros 58 minutos de un encuentro en el que el español sumó 110 puntos y el francés 107. Ese puntaje no le bastó y dijo adiós de una manera fea y dejando esa imagen dañina al pagar su enfado con la raqueta, su herramienta de trabajo y con la que tantos éxitos ha conseguido. Debe aprender ya pensando en lo siguiente, que es el Abierto de Estados Unidos, cuarto y último Grand Slam de la temporada, que arrancará la próxima semana en Nueva York.