VALÈNCIA. Mateu Alemany se ha desvinculado del Valencia, club en el que ha ejercido durante dos años y medio como director general y en el que ha sido el principal artífice del renacer de una entidad que andaba a la deriva y a la que ahora deja tras dos clasificaciones seguidas para la Liga de Campeones, con el título de Copa de la Copa del Rey, y con la venta del solar del actual Mestalla encaminada para acabar el nuevo estadio.
El club valencianista ha informado este jueves en un comunicado que tras el principio de acuerdo alcanzado hace unos días para la rescisión de su contrato, Alemany ha mantenido en las últimas horas una reunión en Singapur con el máximo accionista, Peter Lim, para despedirse; y le ha expresado su agradecimiento por "su enorme dedicación, esfuerzo y logros a lo largo de su etapa en la entidad".
La decisión adoptada el pasado verano por el máximo accionista del club, Peter Lim, de tener un mayor protagonismo en las decisiones deportivas generó la primera brecha entre ambas partes, que se parcheó con una visita entonces de Alemany a Singapur.
La destitución de Marcelino García Toral como entrenador, así como la llegada de Albert Celades al banquillo, decisiones tomadas unilateralmente por Lim y sin conocimiento de Alemany, supusieron el resquebrajamiento definitivo. Tan solo la importante penalización económica que debía hacer frente evitó que el director general dimitiera de su cargo.
Sin poder de decisión y con un papel residual en el club, el directivo solicitó hace unas semanas hablar con Lim y pactar su salida, al no tener claro su rol en el nuevo proyecto de la entidad, algo que finalmente se ha concretado hoy.
El 27 de marzo de 2017, Lim decidió apostar por el directivo mallorquín para coger las riendas de un club hundido en la mediocridad en lo deportivo y en el que la entonces presidente Layhoon Chan se las veía y deseaba para compaginar su inexperiencia y desconocimiento al frente de un club de fútbol con sus gestiones de dirección en otros negocios del magnate de Singapur.
Alemany, que ya destacó a comienzos de siglo por sus gestiones al frente de un RCD Mallorca con el que llegó a ganar una Copa del Rey y a jugar competición europea, tenía ante sí un reto mayúsculo, al que ahora ha puesto fin con resultados sobresalientes.
Su primera gran decisión fue defender la candidatura de Marcelino como el entrenador idóneo para el Valencia, en contra de la decisión del entonces director deportivo Jose Ramón Alexanko, más partidario del fichaje de Quique Setién.
Con Marcelino formó un tándem providencial para el Valencia. La labor de uno en los despachos y del otro al frente del equipo en los terrenos de juego permitió al club recuperar su estatus y prestigio tanto en lo deportivo como en lo social.
Aunque Lim tenía la última palabra, ambos gozaron de un amplio margen de libertad para confeccionar la plantilla de los dos últimos años. La habilidad negociadora de Alemany y la seducción de Marcelino permitieron al Valencia confeccionar una plantilla de nivel y a imagen y semejanza de la concepción futbolística del entrenador asturiano.
Antes de lo previsto llegaron los resultados y tras dos años de mediocridad en los que incluso se coqueteó con el descenso, el Valencia logró la clasificación para la Liga de Campeones, un premio deportivo y económico tan inesperado como importante.
En la temporada siguiente ambos vivieron sus momentos más críticos tras una primera mitad muy irregular, en la que la continuidad del técnico estuvo en entredicho. Alemany apostó por salvarle el cuello y Lim decidió hacerle caso. El equipo se rehizo y acabó de nuevo clasificado para la Champions y ganó la Copa del Rey, el primer título de la era Lim.
Esta temporada se presentaba ilusionante, pero a mitad del verano aparecieron las turbulencias. Las desavenencias del tándem Marcelino-Alemany con la propiedad del club a la hora de enfocar el nuevo proyecto fue el principio del fin para ambos.
Lim consideró que Marcelino priorizaba el fichaje de jugadores que podían cerrar el paso a jóvenes valores de la cantera del club como Ferrán Torres o Kang In Lee, los mejores jugadores del Europeo sub19 y del Mundial sub-20 celebrados ese mismo verano.
Una reunión en Singapur entre Lim y Alemany taponó la herida, pero las críticas públicas de Marcelino a la gestión del club, que se recrudecieron cuando se desveló el acuerdo con el Atlético de Madrid para traspasar a Rodrigo Moreno, acabaron con el técnico despedido y Alemany arrinconado.
El presidente Anil Murthy no dio una explicación de los hechos hasta un mes después del despido del técnico y fue a través de un comunicado del club, ya que no hubo rueda de prensa. En el mismo dio a entender que el modelo de club que quiere Lim, apostando por la cantera y con refuerzos puntuales de calidad, difería del que propugnaba Marcelino, al que también criticó la presión pública y el desafío que generó con sus declaraciones en las ruedas de prensa
La complicada situación del director general ha acabado con el acuerdo entre ambas partes para la rescisión de su contrato y ha puesto fin al periplo de uno de los mejores gestores en la historia del club. Al margen del plano deportivo, Alemany ha sido el portavoz del club a la hora de gestionar temas vitales como la venta de la parcela del actual de Mestalla para acabar el nuevo estadio.
Bajo su dirección, el Valencia también evitó una sanción de la FIFA por la contratación de jugadores menores de edad.