Hoy es 9 de octubre
Llegó Mateo, o Mateu, el nuevo Mister Marshall de Meriton. Antes ya pasaron otros con buena pinta y mejores palabras, como Suso o Prandelli. Altos ejecutivos en sus parcelas, que salieron escaldados de sus sillas sin muchas alegrías por aquello de la gestión asiática con mando a distancia...
VALENCIA. Llegó Mateo, o Mateu, el nuevo Mister Marshall de Meriton. Antes ya pasaron otros con buena pinta y mejores palabras, como Suso o Prandelli. Altos ejecutivos en sus parcelas, que salieron escaldados de sus sillas sin muchas alegrías por aquello de la gestión asiática con mando a distancia. Y todos estamos con el hype subido porque esperamos que a la enésima sea la vencida y que, por fin, Peter Lim haya aprendido a gestionar este capricho suyo que a muchos valencianistas deja a veces sin cenar.
Presuponemos a Teo con el don de caminar por encima de las aguas. De ser el yerno perfecto. Y encima puede hablar en valenciano, lengua hermana de su mallorquín natal que, quieras o no, le da un puntito extra. Como cuando optas a unas oposiciones. Por aquello de la falta de identidad del club, digo. Yo de Mateo solo puedo decir que lo vi más mayor que la última vez que se quedó en mi imaginario. Y que el nudo de la corbata lo llevaba flojo. Sesudo análisis, dicho sea de paso. Pero es que no se pueden decir más que obviedades con 24 horas escasas de toma de posesión de su cargo. Dicen que en Mallorca, negocios a parte, se dedicaba a jugar al golf. Pero en su primera rueda de prensa, demostró buen brazo para el drive y para el revés ante las preguntas de la prensa y ante ese deseo, con pizca de condescendencia, de tener suerte. Era algo lógico. La afición necesita respuestas a muchas preguntas y desde ahora, sin traductores de por medio, el mensaje va a ser más claro, como se pudo comprobar. De eso no hay duda. Otra cosa será que nos guste la cucharada.
Porque si Lim tiene un plan, Alemany será el ángel exterminador. Porque para eso ha venido. Para sacar la mano a paseo, si hace falta. Como hacían, supongo, Chan, Koh y Murthy. Pero, siempre hay un pero, la salvedad que nos hace esbozar una sonrisa es que Mateo sabe de fútbol directivo. Para hacer un símil, el tridente meritonista era Gary Neville y Alemany es Luis Aragonés.
Me cuenta mi amigo Toni Cabot, mallorquinista de la roqueta, que bajo su dirección se tocó cielo, con clasificación para Champions y alzamiento de Copa y fichando a precio de coste para vender por millonadas. Hagan una traslación de lo que se puede conseguir aquí, sin emocionarse demasiado por favor, si le dejan mantener cierta autonomía. Ya ven. Así de fácil es hacer latir al valencianismo. Y bueno, si Antonio Asensio y Floper pusieron sus ojos en él, algo ha de tener. Porque estos dos señores, de temas empresariales sabían y saben un rato largo.
Es que, al final, es cuestión de zarandear al valencianismo y darle un poco de ilusión para echarse a la boca. Miren lo que pasó con el Mestalla el pasado sábado. Overbooking en el Puchades, con Fernando de espectador palomero, mientras Vallés y Madrigal bien posicionaditos en el palco. Está más que claro que esta afición es el mejor patrimonio que tiene el club, activos inmobiliarios a parte. Y que las maneras de hacer las cosas carcomen a la institución, que es una manera como cualquier otra de morir lentamente. Y todo eso se ve. Y se huele. Servidor puede no tener ni idea, pero está claro que estás incongruencias no hacen más que minar la buena imagen que en un principio se tenía de Meriton, Lim y su cartera. Vale que el centrocampista de los más de cien goles ahora es un aficionado de a pie, dirían los puristas de lo recto. Pero ustedes y yo sabemos que no es así. Que es parte e historia viva del valencianismo y aunque el propio afectado no desee prebendas ni tratos de favor, la esperpéntica situación es una gota más de las maneras de actuar que se tienen desde el club. Y más siendo un asiduo de los partidos del Mestalla. Sin buscar la foto. En fin, esas cosas pequeñas son las que hacen grande a un club y, sin quererlo, es lo que queremos que Mateo Alemany cambie. Hasta los percheros, si hace falta.
Lo bien cierto es que la gestión de Meriton está usando su bala en la recámara con la contratación del balear. Puede que digan algunos que esta estructura ya la tenían cuando aterrizaron, construida por Salvo. Pero no. Hay un matiz importante. La dirección general, la dirección deportiva y Peter Draper son elegidos por la propiedad. Solo Vidagany se mantiene de los cargos altos, si mis cuentas no están equivocadas. Por lo tanto, la responsabilidad entera es más, si cabe, para Lim, al que no le quedan más opciones. Por eso, la contratación de Alemany es positiva lo mires por donde lo mires. Conoce el negocio, conoce las cañerías, conoce el poder de los medios ante la sensibilidad futbolística y sabe que, con la justa medida, puede manejar los tempos y los entornos que se generan.
Como dicen en Eurovisión, en teoría, Alemany, ten points.