El Valencia ha entrado en trance y haga lo que haga no le sale nada. El equipo se ha acostumbrado peligrosamente a no ganar, juegue contra quien juega. El próximo jueves se decidirá la eliminatoria en Las Palmas
VALENCIA. El Valencia empató en la ida de los cuartos de final ante Las Palmas. Y es que el equipo ha entrado en trance y no es capaz de despertar. Haga lo que haga durante los noventa minutos no consigue que le salga nada a derechas. Los futbolistas, el equipo, lo intentan pero no son capaces de llevarlo a cabo. El partido pudo ser muy diferente si en el minuto cinco Alcácer bate a Lizoaín en el mano a mano, pero a este Valencia no le sonríe ni un poco la suerte.
El equipo tiene muchos problemas pero principalmente tiene uno de fútbol, ya que todo lo que hace sobre el verde es muy previsible. El equipo juega por bandas, pero sus llegadas son demasiado inofensivas porque no tiene jugadores de desborde –los que tiene, principalmente Bakkali y Feghouli están lesionados-. Que Barragán fuera el jugador que llegó en más ocasiones a la línea de fondo habla de la magnitud del problema que tiene el Valencia en el juego por los costados.
Y otro ejemplo claro de que a este Valencia no le sonríe nada la suerte es que en un encuentro donde el rival no te tira ni a puerta, en la única jugada a balón parado que se acercan al área te haces un autogol cuando no merecías ir perdiendo. Ese aspecto puso nervioso al equipo, que veía como se le escapaba un partido y una eliminatoria que tenía hasta el momento controlada, y obligó a un gran desgaste para empatar el partido.
Al final un gran gol de Alcácer sirvió para poner las tablas en el marcador pero cuando eso llegó, mucho más tarde de lo esperado, el equipo ya no tenía gasolina para avasallar al rival para conseguir el triunfo. Pero pese a esto aún pudieron llevarse la victoria los de Neville si Negredo se pareciera en algo a lo que el Valencia le fichó al City. Qué lástima de 30 millones invertidos.
En definitiva, si se quieren jugar las semifinales de Copa habrá que hacer mucho más en el estadio insular de Las Palmas el próximo jueves, pero el gran problema de este Valencia es que se está acostumbrando demasiado a no ganar partidos, juegue contra quien juega. El equipo necesita despertar del trance ya y el domingo es una buena oportunidad para encarar con confianza la vuelta y evitar otra gran decepción esta temporada.