VALÈNCIA. La base leonesa Alicia Flórez, subcampeona de Europa sub-20 este verano, afronta estos días su primera gran oportunidad como profesional con el Valencia Basket por el hueco que ha dejado en la plantilla el embarazo de Cristina Ouviña.
Las ausencias de Ouviña en varios partidos de la pretemporada ya habían aumentado su protagonismo en la rotación del equipo de Rubén Burgos y lo mismo se espera que pase este fin de semana en la Supercopa y al menos hasta que el Valencia fiche una sustituta para la aragonesa. Será una de las opciones del técnico para dar descanso a Leticia Romero, que mantendrá en principio el rol de titular.
Internacional en categorías inferiores, Flórez llegó al club valenciano en el verano de 2022 pero ese mismo mes de septiembre se le descubrió una rotura de menisco que le tuvo meses de baja y que retrasó el plan de que entrara en la dinámica del primer equipo mientras jugaba en el vinculado La Cordà Paterna en la LF Challenge.
Esa situación sí que se dio ya en la pasada campaña 2023-24, en la que disputó nueve partidos de fase regular de la Liga Femenina en los que promedió ocho minutos de juego, dos de 'playoff' con presencia testimonial, tres de Euroliga y dos de Supercopa LF Endesa.
Esta campaña, con la salida cedida de Elena Buenavida, estaba previsto que ese papel creciera, aún con ficha en el Paterna, pero ahora, al menos durante un tiempo, se multiplicará como ya ha pasado en pretemporada.
Burgos le dio 26 minutos en el último amistoso ante Jairis en un encuentro en el que fue máxima anotadora -con doce puntos-, lo mismo que había ocurrido semanas antes frente al Schio italiano, en el que sumó trece puntos en un choque en el que sumó 23 minutos.
El técnico valenciano, que cuando llegó al club avisó que sería una jugadora que encandilaría a la Fonteta, la seleccionó también para el Europeo sub-20 de julio y fue una de sus prolongaciones en la pista. De hecho, la leonesa estuvo 32 minutos en cancha en la final ante Francia.