VALÈNCIA. La tenista española Anabel Medina, que el pasado viernes anunció su retirada tras el próximo US Open, reconoce la importancia de "rodearse de buenos profesionales" en el mundo del tenis, un deporte en el que el aspecto mental es importante y al que espera seguir vinculado como entrenadora en el futuro, aunque su "prioridad" ahora es la capitanía de la Copa Federación.
"Siempre voy a tener el 'coaching' en mente, ser entrenadora era algo que tenía pensado desde hace tiempo. Ya he probado y la verdad que me ha gustado mucho y espero que en un futuro pueda trabajar con jugadoras, pero ahora soy capitana de la Copa Federación y esa es mi prioridad", se sinceró a Europa Press una Medina que ya en 2017 entrenó a la letona Jelena Ostapenko, a la que ayudó a ganar Roland Garros.
La valenciana cree que la experiencia que posee tras veinte años como profesional puede "ayudar a transmitir a otros jugadores las sensaciones" que ella tenía en cada momento en la pista. "Mi consejo es rodearse de buenos profesionales porque hay muchos que pueden ayudar a gestionar esos momentos de tensión, para focalizar la atención en lo que realmente es importante y no en mensajes negativos o miedos que te puedan surgir", aconseja.
"El aspecto psicológico es importante en todos los deportes no solo en tenis, pero es cierto que por el sistema de puntuación que tiene este deporte, muchas veces se dice que la diferencia entre un jugador y otro es que uno afronta los momentos importantes mejor psicológicamente que otro jugador", explicó.
Tras veinte años como jugadora profesional, con un palmarés de once títulos individuales y 28 en dobles, entre ellos dos Roland Garros junto a Virginia Ruano, con la que también consiguió la plata olímpica en Pekín 2008, la de Torrent decidió parar por no estar plenamente
recuperado de su lesión en el hombro.
Mirando hacia atrás, confiesa que tan solo cambiaría una circunstancia en su dilatada carrera, la rotura de los ligamentos cruzados que sufrió en la rodilla derecha mientras disputaba los octavos de final del Open de Australia en 2002.
"Si pudiera cambiar sólo una cosa en mi carrera sería la lesión de rodilla en 2002. Es cierto que me lesioné hace 17 años, pero todavía lo sigo notando, a nivel físico sí que me ha perjudicado. A nivel psicológico en la época en la que estuve lesionada no fue sencillo, pero a partir de ahí cuando ya me recuperé y recuperé mi ranking dejó de ser un problema", aseguró.
La capitana española de la Copa Federación reconoció que le daba "un poco de pena" que ya se termine su carrera, pero "a la vez" se mostró "contenta" porque cerrará "un ciclo en el momento oportuno y adecuado". "Me encuentro segura de ello y ahora me toca jugar mi último torneo en Nueva York que seguro va a ser especial", declaró antes de disputar su último US Open en dobles junto a Arantxa Parra.