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'Añade vida a los años': los entrenamientos que mejoran la forma física de las personas mayores de Los Serranos

3/01/2021 - 

VALÈNCIA. “Nos conocimos en la universidad y decidimos especializarnos en entrenamiento con gente mayor”. Así narran Antonio Regodón y Alberto Serral los inicios de su proyecto ‘Añade vida a los años’ orientado a gente de edad avanzada de la comarca de Los Serranos, una zona que siempre ha estado más despoblada. La iniciativa empezó en Villar del Arzobispo y muy pronto se implantó en otras localidades cercanas como Tuéjar, Losa del Obispo o Sot de Chera. El primer paso fue hacer un estudio de viabilidad y debido a la “alta demanda en estas poblaciones”, decidieron presentar un proyecto al Ayuntamiento de Villar del Arzobispo “bastante completo y competente” en el año 2016.

Estos entrenamientos están destinados a personas mayores. Aunque también a aquellas que tengan una discapacidad neurológica y algún tipo de dependencia. “Actualmente, trabajamos con gente que tiene distrofia muscular, Alzheimer, ELA o Parkinson”, afirman los preparadores físicos. Las rutinas de entrenamiento se plantean de forma “individualizada”, estudiando cada caso y teniendo en cuenta las características personales y sus limitaciones físicas “para que la preparación sea la adecuada a los objetivos y patologías de cada persona”, responden Regodón y Serral.

De esta manera, los mayores participan en unas sesiones de entrenamiento dos días por semana –que son gratuitas para los empadronados y las financian los consistorios interesados en esta iniciativa– en las que los dos entrenadores diseñan “una planificación organizada y estructurada” que busca cumplir un objetivo. Este pasado año, la meta que se quería conseguir era la prevención de caídas. Por ello, las clases –a las que asistían entre ocho y diez personas–  giraban en torno a la “mejora del patrón de la marcha y el trabajo de la fuerza” para evitar lesiones y potenciar la estabilidad en ellas.

Así, aquellas personas mayores que acuden a estas sesiones experimentan una evolución corporal que les permite poco a poco “ir ganando rango articular”, por lo que su “marcha es más fluida”, aumenta su equilibrio y seguridad y eso se traduce en “menos caídas”, explican. Sin embargo, estas clases no solo contribuyen a mejorar la salud física de las personas de edad avanzada, sino que según Antonio Regodón también ayudan a cuidar de su salud mental combatiendo su sentimiento de soledad. “Hacemos una gran labor social porque después de las clases, forman un grupo y van a tomar café”.

Mantener la actividad física de los usuarios del proyecto en tiempos de confinamiento

Con la llegada de la pandemia y las medidas restrictivas para frenar la expansión del virus, estas clases han tenido que adaptarse a la nueva realidad marcada por la covid. Una de estas modificaciones ha sido respecto al material empleado en cada sesión de entrenamiento. Antes, en las clases se hacían circuitos, por lo que todos y todas “tocaban el material constantemente”, afirman. Por ello, con el fin de minimizar el riesgo de contagio en ese aspecto, “se ha comprado material para cada una de las personas que participan” y también han recomendado a los mayores que adquieran sus propias herramientas, ya que “son bastante económicas”; porque a nivel económico se trata de un gasto “importante que no se puede afrontar en todos los grupos” exponen.

Además, durante el confinamiento Antonio Regodón y Alberto Serral grabaron una serie de vídeos –que se distribuían a través de los ayuntamientos o asociaciones como la Cruz Roja– con el pretexto de que los usuarios tuvieran una tabla de ejercicios y pudieran “mantenerse lo más activos posibles”. También en su cuenta de Instagram (@entrena.diferente) hicieron directos de forma altruista porque creían que “la necesidad de que la gente se moviera era bastante importante”, expresan.

Intrusismo laboral en el mundo del entrenamiento personal

Antonio Regodón y Alberto Serral son miembros de la Junta Directiva del Colegio de Licenciados de Educación Física de la Comunitat Valenciana (COLEF) y admiten la existencia de intrusismo laboral en el mundo del deporte. A su parecer, la injerencia profesional en este ámbito tiene “dos vertientes”: por un lado, existen personas que no cuentan con una formación o titulación oficial; y por otro lado, se encuentran aquellos o aquellas que se han preparado de forma “autodidacta”.

En ese sentido, aseguran que se trata de una problemática que abre el debate sobre “quién dictamina quién es mejor o peor profesional”. A pesar de ello, consideran esencial que haya “una formación oficial mínima para poder ejercer un trabajo de preparador físico” porque es “imposible” equiparar una licenciatura universitaria que conlleva estar cinco años estudiando con “una curso muy económico y de doce horas de duración”. 

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