VALÈNCIA. Desde que llegó Bordalás este equipo sí que ilusiona. Me da igual el resultado final. Me da igual que en Madrid nos sigan viendo como un equipo secundario que poco o nada tiene que hacer con el Madrid este próximo domingo. Y me da igual por la sencilla razón de que a mí este Valencia sí que me gusta. Hemos vuelto con este entrenador especial y valiente a la definición de fútbol que siempre ha definido a este Valencia. Somos un equipo bronco y copero, hemos vuelto a ser ese equipo entrañable bronco y copero, y mientras sigamos siendo fiel a nuestra historia a mí en el fondo me da un poco igual el resultado del domingo. Vale, sí, claro, quiero una victoria del Valencia. Pero les voy a ser sincero. Lo que más me importa es ver de nuevo sobre el entrañable césped de Mestalla a ese equipo bronco y copero que me robó el corazón desde muy pequeño. Con eso sería feliz...y estoy convencido de que eso sí que lo podemos conseguir.
Y un dato importante. Nuestro viejo coliseo de Mestalla está empezando a vivir de nuevo y a buen seguro que este domingo va a vibrar con la tremenda calidad que siempre ha distinguido a la afición de este equipo. El Valencia actual enamora a todo aquel que siente los colores y está orgulloso del inicio de campeonato del equipo. Y eso ya es mucho para este equipo que hasta hace nada parecía desaparecido en combate. Ahora, con el trabajo del técnico alicantino, los futbolistas están mejor preparados y creen más en sus propias posibilidades sobre el terreno de juego. Este equipo, esta plantilla, se ha convertido en un grupo creyente y motivado y eso es un motivo de alegría inmensa para todos los que sienten pasión por esta escuadra llamada Valencia.
Del partido del domingo, así a priori, tenemos muchas cosas apuntadas para fijarnos bien durante el choque. Pero yo les voy a ser sincero y de todas ellas ahora mismo me quedo pensando en Soler y pienso que este inmediato duelo contra el Real Madrid puede convertirse en un escaparate inmenso para este futbolista del Valencia que no para de crecer. Un partido especial suyo, con buen juego y talento para formar el ataque de los suyos, podría definir este choque. Y de paso, si eso sucede, el propio Soler habrá dado un paso de gigante para demostrar al mundo entero que el Valencia tiene un jugador muy especial que además está atravesando un momento profesional francamente espectacular.
Pero me estoy equivocando señalando tan solo a un futbolista de este equipo. El domingo no juegan Soler y diez más contra el Real Madrid. Estoy siendo injusto. El valor de este Valencia reside precisamente en la fuerza que tiene como bloque y nunca en un solo jugador. Así pues, tengamos claro que el domingo va a jugar un equipo cuajado precisamente como equipo. Sí quiero ver a Soler... pero también quiero ver en acción al Guedes de esta temporada, al portero que ha irrumpido con una fuerza terrible, a un Gayà cada vez más maduro y, en suma, a un equipo formado por once futbolistas como conjunto que sabe perfectamente lo que hace sobre un terreno de juego desde que ha llegado Bordalás.
Y eso es el fútbol, magia en estado puro. Pasas de la miseria a la gloria en un visto y no visto, y yo me alegro de ese cambio positivo en el Valencia en un tiempo que ya casi dábamos por perdido. Ante el Madrid va a jugar el equipo, y digo equipo de Bordalás, ante un Madrid que parece que no juega a nada pero que va líder de primera y que ganado su primer envite de Champions ante el Inter. Pero insisto. Yo quiero ver en acción a este Valencia bronco y copero... y si veo eso seguro que me voy a la cama con una sonrisa de oreja a oreja. Amunt damas y caballeros. El domingo noche tenemos una cita envidiable.