Argelia ratifica a Alcaraz pero solo hasta acabar la eliminatoria mundialista
El técnico español no ha conseguido clasificar al combinado argelino para la cita de Rusia. Terminará la fase y después se evaluará su futuro
25/09/2017 -
VALENCIA. La Federación Argelina de Fútbol (FAF) ratificó en su cargo al seleccionador nacional, el español Lucas Alcaraz, en el punto de mira tras la eliminación de los "zorros verdes" en la fase de la clasificación para el mundial de Rusia 2018.
Fuentes de la FAF confirmaron que el técnico granadino tiene la confianza del presidente, Kheireddine Zetchi, y del equipo técnico federativo hasta la conclusión de las citadas eliminatorias, el próximo 6 de noviembre.
"Después se estudiará si su continuidad es buena para el equipo", afirmaron.
Alcaraz se hizo cargo de la selección de Argelia el pasado mes de abril tras ser destituido por el Granada CF, que marchaba último en la liga española.
Su llegada fue recibida con una salva de críticas por parte de la prensa argelina, que le recriminaba su desconocimiento del francés, su escaso bagaje internacional y su nula experiencia como seleccionador.
Defendido por el también discutido presidente de la FAF, que antes trató de reclutar, sin éxito, a entrenadores de mayor perfil como el argentino Marcelo Bielsa o los españoles Juande Ramos y Julen Lopetegui, las criticas se han incrementado tras los malos resultados.
En los cinco partidos al frente del combinado argelino, Alcaraz solo ha cosechado una victoria (en un amistoso con Togo), un empate con Libia y tres derrotas, una con la propia Libia en otro amistoso y dos con Zambia en la fase de clasificación para el mundial 2018, que han acabado con sus escasas aspiraciones.
A Argelia le restan dos partidos, uno en octubre frente a Camerún y otro en noviembre frente a Nigeria.
La selección argelina atraviesa una grave crisis desde que, en Brasil 2014, lograra su mayor hito al clasificarse para octavos de final y caer con honor frente a Alemania, que sería la campeona, que sufrió para eliminarla.
Con quizá la mejor generación de futbolistas de su historia, la mayor parte de ellos en potentes equipos de Europa, se ha visto aceptada por las luchas de poder en el seno de la federación y de la inestabilidad en un banquillo "demasiado caliente".