VALÈNCIA. Poco más de 3 meses quedan para el arranque de una nueva edición de los Juegos Olímpicos de verano. París será sede de una nueva cita olímpica y en Plaza Deportiva arrancamos con Aros Valencianos, donde repasaremos los y las deportistas de la Comunidad Valenciana que nos representarán en la capital gala.
Pese a que depende de una lista final que ofrecerá el seleccionador nacional más adelante, una de las más que posibles figuras de nuestra tierra en Francia será la de Lola Riera. Nacida en la ciudad de Valencia, la jugadora de hockey podría cumplir su tercera presencia en una cita olímpica de forma consecutiva. Una posibilidad que, hace apenas unos meses, parecía una quimera para esta brillante estudiante de medicina. Tras su participación con España en Tokyo, donde el equipo español rozó el pase a semifinales, el anterior responsable de la selección decidió renovar el equipo y prescindir de sus servicios en las sucesivas convocatorias. Vista una situación que tenía atisbos de ser definitiva, ya que tampoco fue llamada para participar en una Copa del Mundo que se disputó en Terrassa, la zaguera decidió reivindicarse. Lo hizo cerrando una primera y larga etapa en la Complutense, equipo en el que recaló desde su marcha a Madrid siendo una adolescente y en el que antes de partir, lo haría ganando el título de Liga de 2022 (segundo en su palmarés tras el obtenido anteriormente en 2016). Sería justo después cuando emprendió rumbo a los Países Bajos, para ya allí, ser parte de la competición más importante del mundo. Enrolada en un club modesto como el HGC, siguió luciendo su arrastre ante las mejores defensas y porteras del planeta, que a duras penas podían contener los precisos lanzamientos de una deportista determinante con sus eficaces golpeos. Y es que Riera ha mostrado siempre un estrecho vínculo con la resiliencia. Capaz de superarse en todo momento, en todos los aspectos, mejorando su juego, sus lanzamientos y su condición física, tan importante este último aspecto en el hockey actual.
La llegada de Carlos García Cuenca a la dirección del equipo nacional, le dio la oportunidad de volver a ser una RedStick. Lo hizo con un gran reto a la vuelta de la esquina; la disputa del preolímpico. Riera volvió a ser profeta en su tierra, en Betero, ese campo donde dio los primeros toques a la bola al son que le marcaba su padre, Rodolfo, un apasionado del deporte del stick, quien tuvo la gran culpa de que hoy estemos juntando estas letras para hablar de su hija. Con la clasificación bajo el brazo y el objetivo en un horizonte muy próximo, ha regresado a su club de origen, lugar, la entidad universitaria, donde poder preparar de cerca una última gran batalla con la elástica roja. Un colofón perfecto a una trayectoria ejemplar tanto dentro como fuera de los terrenos de juego.