VALÈNCIA. No llegó el tan ansiado seis. Sin embargo, el Valencia cierra este mercado de invierno con varias salidas y tres incorporaciones. Unos movimientos que pretenden desahogar fichas y elevar el nivel de la plantilla con vistas a competir por las plazas europeas y la Copa del Rey en lo que resta de temporada.
El primero en llegar fue Eray Cömert: un central suizo de origen turco que desde hace un tiempo estaba en la órbita de las grandes ligas. Renunció a renovar con el Basilea y eso le ha condenado a no jugar desde el pasado octubre. El próximo viernes cumplirá 24 años, y lo hará con la ambición de hacerse un hueco en una zaga que ha notado, y mucho, la baja de un Gabriel Paulista que acumula ya tres meses fuera de combate.
Internacional con Suiza, Cömert es un central atlético, fuerte en los duelos, con buena capacidad de anticipación y ganador en los balones divididos. Su punto débil radica en el juego aéreo: una faceta en la que debe mejorar y que obliga al equipo a prestar mucha atención en acciones a balón parado y segundas jugadas. Su juventud e inexperiencia en una gran liga hacen que su rendimiento inmediato sea toda una incógnita. Con Cömert incorpora el Valencia un central técnicamente muy dotado con el balón en los pies; de hecho, su buena salida de balón y su calidad en los desplazamientos llamaron la atención en su día de equipos como el Galatasaray o el Arsenal de Mikel Arteta: un técnico escuela Guardiola que profesa una filosofía de fútbol basada en la posesión de balón y las alternativas de pase en todas y cada una de sus líneas. Solo el tiempo dirá si el suizo puede subir el listón y convertirse en un jugador importante.
El siguiente en llegar fue Ilaix Moriba. El canterano del FC Barcelona vio cumplido su deseo de volver a La Liga en busca de unos minutos que no ha tenido en el Leipzig. El club alemán, experto en captar jóvenes talentos a lo largo y ancho del continente, abonó 16 millones de euros (más 6 en variables) el pasado verano por un jugador que apenas ha podido mostrar su nivel en la Bundesliga.
Nacido en Conakry (Guinea) pero internacional por España en categorías inferiores, Ilaix presenta un perfil de mediocentro muy codiciado en el fútbol moderno. Un futbolista que puede hacer prácticamente de todo y que, a pesar de su portentoso físico, en ningún caso se trata de un centrocampista de contención, sino más bien de un box to box explosivo y con un nivel técnico fuera de lo común.
Una potente arrancada y unos muy buenos fundamentos físicos y técnicos para proteger el esférico constituyen en Ilaix el complemento perfecto para un centrocampista criado en La Masía. En base a sus características y su evolución, todo hace indicar que el internacional guineano, que por cierto completó una gran Copa de África con su selección hasta caer en octavos de final, puede encontrar su sitio como acompañante de Hugo Guillamón en el doble pivote o como interior en un esquema 4-3-3, donde puede ofrecer mucho vuelo. Que se lo pregunten a Bordalás: “Ilaix es un ocho o un diez”. Con 19 años recién cumplidos y una experiencia prácticamente nula al máximo nivel, el rendimiento de Ilaix constituye otra incógnita, ya que el tramo de temporada que se avecina exige rendimiento inmediato. Enormes condiciones, pero un futbolista todavía por explotar al máximo nivel.
Por último, y no menos importante, el Valencia hizo oficial el último día de mercado la cesión de Bryan Gil hasta final de temporada. Una de las promesas más importantes del fútbol español aterriza proveniente del Tottenham por motivos similares a los que llevaron a Ilaix Moriba de vuelta a La Liga. Y es que ni con Nuno Espirito Santo primero, ni con Antonio Conte después, ha encontrado el extremo andaluz la continuidad necesaria. Y eso que los Spurs abonaron 28 millones de euros más el argentino Erik Lamela por incorporarlo a su disciplina el pasado verano.
Debido a su escaso protagonismo en Inglaterra, Bryan llega con la ambición de ser titular y aportar desequilibrio en ataque, algo que no sobra en la plantilla de Bordalás. Canterano del Sevilla e internacional absoluto con tan solo 20 años, el extremo de Barbate responde a un clásico perfil cada vez más difícil de encontrar en el fútbol actual. Incorpora el Valencia un extremo de los de toda la vida: agilidad, habilidad, desborde, regate, cambio de ritmo y un abanico enorme de recursos para llegar a línea de fondo.
El talento y la habilidad de Bryan por el costado izquierdo vienen magnificados por una complexión muy ligera y elástica; unas características que hacen del gaditano un atacante escurridizo e indescifrable para las defensas rivales. Además de ese gran repertorio en el uno contra uno, el andaluz es un jugador asociativo, muy inteligente para interpretar las jugadas, lanzar una pared en el momento oportuno o descifrar ese último pase que genere la ocasión de gol. No en vano, este tipo de atributos son muy del gusto de Luis Enrique, que no le pierde la pista de cara al próximo Mundial.
Si es capaz de aportar sacrificio en la presión y el repliegue, el Valencia ganará para lo que resta de temporada no solo un nuevo abanico de soluciones y desequilibrio en ataque, sino también un auténtico pulmón durante los 90 minutos. El éxito de su cesión la campaña pasada en las filas del Eibar, a las órdenes de un exigente técnico como José Luis Mendilibar, invita al optimismo con el rendimiento inmediato de Bryan Gil. Sin duda, es la incorporación que genera más expectativas y que, por calidad y virtudes, está llamado a ser titular a corto plazo en la banda izquierda del Valencia.