VALÈNCIA. El nuevo entrenador del Valencia, Rubén Baraja, formó parte del mejor Valencia de la historia y con él como pieza clave en el centro del campo el club de Mestalla ganó cinco títulos pero ahora deberá luchar por un objetivo mucho menos brillante, eludir el descenso, y lo tendrá que hacer apoyado en su agridulce experiencia como técnico en Segunda División y sin haber debutado en Primera.
Su disponibilidad para coger al equipo de manera inmediata al estar sin equipo y su condición de icono del valencianismo en un momento de enorme división social han sido claves para que el club haya recurrido a él para sustituir a Voro González, que no ha logrado levantar al equipo tras la marcha de Gennaro Gattuso.
El centrocampista llegó al Valencia por primera vez en el verano de 2000 tras abonar el club los dos mil millones de pesetas (12 millones de euros) de su cláusula de rescisión al Atlético de Madrid, que acababa de perder la categoría y en el que llevaba cuatro años, aunque en un primer momento jugó en su filial.
Baraja debutó oficialmente con el Valencia el 23 de agosto de 2000 en un choque contra el Tirol Innsbruck en el que el Valencia al ganar 4-1 certificó su clasificación para la máxima competición europea con el ‘Pipo’ compartiendo el centro del campo con Didier Deschamps, Kily González y Gaizka Mendieta.
Aquella campaña el Valencia disputó la final de la 'Champions' contra el Bayern, también con el vallisoletano como titular y logrando meter su penalti en la tanda en la que el equipo alemán le arrebató el título.
Fue en la siguiente campaña, la 2001-02, cuando Baraja estrenó su palmarés con el Valencia y lo hizo conquistando la Liga a las órdenes de Rafa Benítez. Formó una pareja mítica junto a David Albelda en el centro del campo en un equipo que marcó una época y que ganó un segundo título liguero, la UEFA y la Supercopa de Europa de 2005.
Aún le quedaba un título por ganar en el Valencia, la Copa de 2008, y también lo hizo como titular en la final ante el Getafe. Pero aquel año se vivió ya la primera de las crisis de esta época moderna del club que le hizo coquetear con el descenso. Fue Voro el que condujo al equipo a la salvación y lo hizo con Baraja a los mandos del equipo.
Tuvo todavía un papel protagonista una campaña y media más en el notable Valencia de Unai Emery pero al final de la campaña 2009-10 se retiró. En la última jornada, ante el Tenerife, fue titular y su sustitución en el minuto 87 dio pie a un espontaneo homenaje de Mestalla a la que ese día se convirtió en una de sus leyendas. De hecho, la suya es una de las dieciséis lonas que decoran actualmente la fachada de Mestalla.
Tras retirarse se formó como técnico y se estrenó al frente del juvenil del club de Mestalla en Paterna, llegando a dirigir un partido al filial. Pero pronto dio el salto al fútbol profesional en el que acumula 128 partidos (47 ganados, 41 empatados y 40 perdidos) pero todos ellos en Segunda.
Se estrenó en la categoría de plata de la mano del Elche en cuyo banquillo aterrizó en la campaña 2015-16 para firmar una gran campaña.
Tras una mala experiencia en el Rayo Vallecano, le fue mejor en su primera campaña en el Sporting pero volvió a tener problemas en su segunda temporada en el club asturiano, como pasó en el Tenerife y en el Zaragoza en el arranque de la campaña 2020-21. Desde entonces no ha entrenado y ahora tiene ante sí el mayor reto de su carrera como técnico: salvar al club del que es una leyenda.