Beitia seguirá "un poco más" aunque otros Juegos se le harían "muy cuesta arriba"

La atleta cántabra, de 37 años, destaca que competir en unos Juegos Olímpicos con 41, la edad que tendría en Rio, sería algo muy cuesta arriba

25/08/2016 - 

VALENCIA. La atleta cántabra Ruth Beitia, medalla de oro en salto de altura en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, ha regresado este miércoles a los entrenamientos en Santander y lo ha hecho con "ganas" y con la vista puesta en la Liga de Diamante, competición que la llevará este próximo sábado, día 27, a París, y a Zurich el jueves 1 de septiembre, jornada en la que concluye la presente temporada y cuando aprovechará para descansar un mes, hasta el inicio de la siguiente.

La campeona olímpica, de 37 años, seguirá entonces entrenando y compitiendo "un poco más", aunque tras la victoria en Brasil ve "prácticamente impensable" afrontar los próximos Juegos, que se disputan en Tokio en 2020, ya que como ha reconocido, con 41 años se le harían "muy cuesta arriba".

De todas formas, Beitia no descarta "nada" por ahora, y aboga por ir "paso a paso", siendo el "siguiente", una vez finalice la presente temporada y comience la próxima, el Campeonato Europeo de Atletismo en Pista Cubierta que se celebrará en Belgrado (Serbia) en marzo de 2017.

La deportista santanderina ha ofrecido este miércoles una rueda de prensa en el Palacio de los Deportes de la ciudad, acompañada de su entrenador Ramón Torralbo, en la que ha manifestado que tras cumplir el "sueño" del oro olímpico -algo que ha sido "increíble"- va a centrarse entrenar y "volver a ser atleta", porque "la vida continúa".

Y ha comenzado a prepararse con una sesión de multisaltos verticales y horizontales y de velocidad, con el objetivo de mantenerse y tras varias jornadas en las que no ha descansado lo suficiente, por la "tensión" de la victoria y el posterior viaje de Brasil a España, según ha explicado su entrenador.

En este sentido, Beitia ha reconocido que el recibimiento ayer martes en Santander, en el aeropuerto Seve Ballesteros y en la Plaza del Ayuntamiento después, fue "muy especial", por lo que ha agradecido el homenaje organizado y las muestras de apoyo y cariño recibidas.

"DISFRUTÉ EN CADA SALTO Y SENTÍ UNA FELICIDAD INMENSA"

Sobre su victoria en Río, ha expresado que sintió una "felicidad inmensa" al saber que iba a subir al primer cajón del podio, y a una edad en la que cuenta con un "equilibrio" físico y psicológico "ideal". "Disfruté en cada uno de los saltos. Mi sonrisa me delata", ha apostillado sobre su competición en la final.

Además, ha confesado que sintió una "ilusión increíble" cuando supo que la medalla de bronce era suya, al igual que cuando subió provisionalmente un "peldaño más" en el podio con el metal de plata. Y al ser consciente de que era campeona, la "felicidad" fue "inmensa", más si se tiene en cuenta que desde Barcelona'92 el atletismo español no ganaba un oro.

Beitia, que cederá su medalla l Museo de los Deportes, ubicado en el Palacio de los Deportes de Santander, ha comentado que la competición se presentaba "difícil" y "larga", ya que por primera vez en la historia de unos Juegos pasaban a la final 17 saltadoras.

En cuanto a las alturas a superar (ganó el oro tras rebasar el listón a 1,97 metros), la atleta cántabra ha opinado que eran "buenas" y "exigentes", y el nivel "alto". A ello se suma el hecho de que en el sorteo realizado le tocó liderar la prueba, lo que podía ser un "hándicap" o algo "a favor".

Finalmente, todo "salió muy bien" porque Beitia había preparado esas alturas y había hecho un entrenamiento "de calidad", extremo que ha corroborado Ramón Torralbo, que ha coincidido con ella en que las clasificaciones fijaron un nivel "muy alto".

Sobre el ser "los primeros" en saltar, el entrenador ha admitido que es algo que no le "gusta", aunque ha confesado también que tiene la ventaja de que si saltas bien, la "presión" recae entonces en las atletas que van detrás. "Esta vez lo hemos tenido todo de cara", ha ensalzado su preparador, que ha tachado de "brillante" la competición de la cántabra, tanto en Río como en otras citas deportivas recientes.

A este respecto, la campeona olímpica ha reiterado que el triunfo logrado en Brasil es también mérito de Ramón Torralbo, su "50 por ciento", y con quien lleva 26 años de "sacrificio", "esfuerzo" y "trabajo", en los que han ido creciendo juntos.

De su paso por Río, ha dicho que ha vivido "al cien por cien" la cita deportiva y ha resaltado las "fantásticas" condiciones de la Villa Olímpica, la "buena" organización de los Juegos y el carácter de los brasileños, que son "infinitamente amables". Así, "lo único que ha fallado un poquito" ha sido la comida, "muy monótona" a juicio de Beitia.

REGRESO A SANTANDER E INSTALACIONES DE LA ALBERICIA

La deportista cántabra ha vuelto a manifestar que es un "placer" y un "honor" que el complejo municipal de La Albericia lleve su nombre, ya que es el lugar donde ha entrenado toda su "vida" y donde conoció a Ramón Torralbo, cuyo nombre también llevarán "de algún modo" estas instalaciones.

De su llegada a Santander, ha dicho que "tenía ganas" de abrazar a sus padres, con los que ha estado en contacto estos días, así como a otros familiares, amigos y compañeros. Además, ha admitido que se lo pasó "genial" en el autobús con el que se desplazó junto a otros cántabros olímpicos desde el aeropuerto hasta el Ayuntamiento, para recibir el "calor" y el "cariño excepcional" de la gente. "No nos dejaban dar un paso, porque todos querían darnos besos y abrazos", ha comentado.

Por su parte, Ramón Torralbo ha indicado que no tiene intención de 'cortarse la coleta' cuando Ruth Beitia se retire, sino que está dispuesto a seguir trabajando "mientras el cuerpo y la mente acompañen", con atletas "de todos los niveles". En este sentido, espera que la campeona olímpica se convierta en un "referente" para la gente del atletismo y que los jóvenes -especialmente chicas- se decanten por imitarla.

Finalmente, Ruth Beitia ha aprovechado su comparecencia ante la prensa para agradecer a los patrocinadores y a su equipo, el 'Torralbos Team', por acompañarla en el "periplo" de los últimos cuatro años, después de que tras su retirada temporal tras los Juegos de Londres la vida le haya dado "una segunda oportunidad", que ha tenido su recompensa con la medalla de oro de Río de Janeiro.