La taekwondista del Proyecto FER afronta un 2019 muy duro con abundantes compromisos con un reto común pero el más importante para ella será la participación en el Mundial
VALÈNCIA. Lo lleva en la sangre. El taekwondo y la familia de Blanca Palmer (16/02/1999 Gandía, Valencia) van de la mano. Desde su padre, pasando por ella y por su hermana pequeña el taekwondo corre por las venas de la deportista del Proyecto FER. Actualmente es una de las mayores promesas en nuestra Comunidad con un futuro de lo más ilusionante y con una trayectoria muy amplia pese a sus 19 años.
Blanca cuenta a Plazadeportiva.com la historia de cómo su padre la inició en el deporte del que ahora es toda una profesional: “Empecé en Taekwondo por mi padre. Él siempre ha practicado artes marciales y decidió apuntarnos a mí y a mi hermana. En un principio no me llamaba la atención pero gracias a la insistencia de mi padre terminó gustándome. Comencé en un club de Gandía, ‘La Safor’. Estuve allí hasta mi primer año cadete y luego me pasé a un club de Sedaví, ‘Deportivo Olimpo’ que es actualmente mi club. Aquí es donde me centré más en la modalidad de combate y a partir de mi segundo año cadete fui consiguiendo resultados, vi que me gustaba y que no se me daba mal y todo empezó a ser más serio”.
Su padre sabía perfectamente del potencial de sus dos hijas y lo mismo que hizo con Blanca transmitió a su hermana Alba. A sus 17 años, está reinando en la categoría junior y está siguiendo firmemente los pasos de Blanca, quien admite que es un orgullo para ella: “Mi hermana y yo estamos muy unidas, somos uña y carne. Tenemos un vínculo muy especial, siempre nos apoyamos, nos ayudamos y cuando una compite la otra siempre esta animándola y sufriendo porque la verdad que nos ponemos muy nerviosas cuando la otra compite. Al igual que ella está orgullosa de mí, yo también de ella, la admiro mucho mucho y siempre digo que ella es mejor que yo”.
Para Blanca una de las cosas más importantes -si no la que más- es la familia y las personas que la apoyan. La deportista recuerda su mayor logro que fue la plata en el Europeo Senior de 2016: “Era mi primera competición de alto nivel. Yo competía en -46kg. Fue un campeonato muy especial para mí porque a parte de conseguir un gran resultado pudieron venir mis padres y mi hermana pequeña. Ella fue de gran ayuda ya que estuvo pendiente de mí en todo momento ayudándome para cada combate. Y también vino mi entrenador quien desde el primer momento me ha apoyado y ha estado a mi lado”.
La taekwondista gandiense no podría disfrutar de un entorno más propicio. Pese a la exigencia que supone el nivel deportivo en el que se encuentra, Blanca no ha dejado a un lado los estudios y actualmente cursa la carrera de medicina. La valenciana admite que es “difícil” y aunque le toca “sacrificar” su vida social, el lugar en el que se encuentra le permite rendir al máximo en deporte y estudios. “No me matriculo de todas las asignaturas sino que hago la mitad del curso y ahora mismo estoy en el CAR (Centro de Alto Rendimiento) de Barcelona y aquí entrenamos por la mañana una hora y media y por la tarde dos horas de lunes a viernes”, explica Blanca.
“El 2018 no ha sido en especial mi mejor año, la verdad es que fue bastante duro. Las cosas no salieron como esperaba pero participé en el Campeonato de Europa donde perdí en cuartos de final y fui a los Grand Prix. Empezó mal el año pero conseguí terminarlo bien, logrando una medalla de oro en el Open de Serbia y una plata en el Open de Paris y en el ranking olímpico de -49kg subí hasta el puesto 21 estando al 34”, explica la deportista del Proyecto FER sobre el año que acaba de dejar atrás.
Blanca afronta ahora unos meses “bastante duros” donde va a tener muchos campeonatos con un reto común: “Coger puntos para ascender en el ranking olímpico. Mi objetivo en estos campeonatos es subir a pódium para conseguir esos puntos pero sobre todo es participar en el Mundial y hacer un buen trabajo”. En general, le gustaría que 2019 sea “un buen año, tanto a nivel académico como deportivo”. Muchos cambios para la taekwondista, que está cumpliendo su primer año en el CAR aunque se siente muy contenta: “En todo momento me he sentido como en casa y al tener este ambiente tan bueno tanto por parte de mis compañeros como mis entrenadores ha sido mucho más fácil”.
¿Y qué es lo que define a Blanca como deportista para conseguir lo que se propone? Ella lo tiene claro: “Soy humilde, no me gusta ir con aires de superioridad ni creerme mejor que nadie. Yo trabajo duro, me esfuerzo por conseguir mis objetivos, voy haciendo mi camino poco a poco y por suerte tengo a mucha gente a mi alrededor que me ayuda y me apoya y así es todo más fácil. A demás de eso pues soy bastante alta para mi peso y tengo facilidad para subir arriba la pierna”.
Pero aparte de sus múltiples virtudes, para Blanca supone un impulso muy importante el apoyo del Proyecto FER. “Siempre están ahí para ayudar a los deportistas con cualquier problema que tengamos y gracias a la beca he podido hacer salidas internacionales y ir creciendo. Y me gusta mucho los valores que comparten con nosotros, es decir, el esfuerzo, trabajo duro, superarnos cada día, no rendirnos…”, confiesa la valenciana.