VALÈNCIA. Al Llevant, como al adolescente que marca muescas en la culata del revólver, en el viejo Oeste, le quedan algunos retos de entidad por conquistar en Primera. Entre ellos, se le resisten el Camp Nou, Mestalla y el Metropolitano. Llegará el momento en que las muescas dejen de tener sentido, al perder su excepcionalidad, pero de momento la victoria en el escenario colchonero genera la ilusión y la expectativa de un paisaje inexplorado. Enfrente, el equipo más en forma de la competición, junto al Sevilla, a las órdenes de uno de los mejores entrenadores del orbe, incluso para aquellos que se burlan de su desmesurado injerto capilar o que lo odian profundamente, por su carácter histriónico.
Paco López, con su hierático rostro egipcio, intenta disimular su inteligencia táctica, y ya le puso las peras al cuarto hace unos días a Simeone. Contó para ello con la inestimable colaboración de Aitor, que comenzó nervioso e inseguro, pero que fue determinante en el alud de ocasiones atléticas del final de la primera mitad. Aguantar fue un éxito, porque con el paso de los minutos el Llevant consolidó su apuesta conservadora, con una firmeza imprevista, especialmente tras la salida de Duarte, y consiguió que los rojiblancos, que tienen dinamita, apenas generaran peligro, si exceptuamos el garrafal fallo de Correa. También las tuvo el Llevant, con las apariciones en ataque de un Clerc superlativo, que crece partido a partido y que siempre tiene un fuelle para hacer suyo el carril. Igual en el minuto 3 que en el 91.
Las cartas están ahora boca arriba, aunque el Llevant no contará con uno de los pilares de su mágico 2021, ese profesional silencioso que es Nemanja Radoja. En lugar del serbio inextinguible vuelve a la convocatoria Vukcevic, cuya incorporación progresiva al once se antoja decisiva para cerrar con éxito los grandes desafíos que aguardan al Llevant en las próximas semanas. Su racha de lesiones le ha truncado los momentos álgidos, aunque ahora ya sabemos quién es y de qué es capaz. Sigue siendo una incógnita, sin embargo, cuál es su techo, con continuidad, ya que el de Podgorica es un futbolista diésel para quien deviene decisivo asentarse en el once y establecer automatismos con sus compañeros. En esa parcela inconcreta del fútbol es donde más destaca y aporta.
No podemos perder de vista ni por un segundo la importancia capital que para el mejor Llevant ha tenido el doble pivote surgido del trivote Malsa-Radoja-Vukcevic, incluso con alguna brillante aportación puntual de Melero, aunque no sea el lugar donde más destaca su fútbol. Es obvio que el crecimiento de estos futbolistas y la confianza de López en ellos ha mejorado notablemente las prestaciones defensivas del equipo.
Mientras soñamos con vaciar la enfermería, no hay otra que sacarse de la chistera un once que no sangre entorno a ese decisivo círculo central. El Llevant tendrá, seguro, sus opciones de marcar, sus clásicos aguijonazos. La clave de la anhelada victoria en territorio colchonero está en la firmeza atrás y no sólo por el centro. Será esencial evitar internadas, córners y faltas laterales que permitan llegar balones al corazón del área desde las bandas. Bien lo sabe Simeone y en ello tuvo sus opciones de triunfo en Orriols. El Atlético se juega ante el Llevant muchas de sus opciones de ganar la Liga. Para el Llevant los tres puntos serían una nueva muesca y la salvación virtual que permitiría marcar nuevos objetivos. En realidad el partido es mucho más determinante de lo que parece, para unos y otros.