VALÈNCIA. Que nadie saque pecho por lo del Valladolid. El Llevant jugó bien. Faltaría más, que no lo hiciera de vez en cuando, con los futbolistas que tiene. También tuvo un punto de fortuna, claro. Con el 1-2 anulado a Sylla, tan aberrante como el de Bouldini al Vila-real B. Y con el penalti detenido por Andrés Fernández en el último suspiro. Fortuna y tener un porterazo, porque sacó otra mano inverosímil para desviar lo justo un balón que iba dentro. Si la suerte le es esquiva y el murciano no hace unas cuantas paradas providenciales, el Valladolid podría haber ganado o empatado y estaríamos hablando de otra cosa bien distinta, de otras sensaciones y también de otra realidad, en la que el míster sería pasado, como deslizó Miñambres antes del partido. Pero ya sabemos que el fútbol tiene mucho del Match point de Woody Allen, como solemos afirmar a menudo. Y esta vez salió cara. Tampoco es la primera vez, esta campaña, que la escuadra levantina firma un encuentro brillante, como hemos constatado. El problema es que la intermitencia y la actual racha, incluso con la victoria (5 de 21 puntos), obligan a hacerlo todo muy bien en el Molinón, en la Romareda, en Anduva y en Cornellà (poca broma) o en casa ante Huesca, Albacete o Tenerife. Es el escollo normal cuando se ha fallado de forma estrepitosa contra rivales más asequibles: ahora estás obligado a firmar números espectaculares para mantener las opciones de ascenso. Porque diga lo que diga Danvila ni el Llevant ni ningún club con aspiraciones de élite puede sobrevivir en Segunda. La deuda, más que el club, es insostenible en Segunda.
No sé si el planteamiento ante los pucelanos fue atrevido o temerario. Si juegas con dos carrileros de 18 y 19 años, de inequívoca vocación ofensiva, debes guardarles las espaldas. O les ayudas con tres centrales o alineas dos extremos que puedan hacerles coberturas. Los mediocentros del rombo permiten un juego brillante, obviamente. No en balde tenemos la mejor medular de Segunda y de media Primera. Pero todos quedan demasiado lejos de los carrileros e invitas al rival a percutir las bandas. Por ahí llegó el 0-1 y el 1-2 anulado. No puedes dejar huérfanas los carriles y señalar a los chavales, si las cosas no salen bien. Xavi Grande y Àlex Valle son dos futbolistas colosales, con una proyección extraordinaria, que merecen continuidad y confianza.
••• Xavi Grande debería ser, de hecho, uno de los motivos (que Danvila no parece contemplar) para priorizar la ciudad deportiva de Nazaret. Pubill o Pepelu dejaron 10 millones en caja hace unos meses. No hay nada más rentable para un club de fútbol que una buena cantera. El mejor plan de negocio hospitality, Champions Burger y bufes de pato varias jamás harán sombra a Nazaret. Por poco glamouroso que les parezca a algunos. Los clubs poderosos saben de sobra qué es más rentable. Pablo Cuñat, que llega con el Amorebieta, es otro valor patrimonial. El canterano levantino cedido es un fijo de la Selección sub-21. Y así tantos otros. Dentro del desvarío que fue la entidad blaugrana en los últimos años hay que salvar, sin duda, el enorme trabajo de cantera, un esfuerzo que aún da frutos y que esperemos que los siga dando en el futuro.
••• Los recortes de Danvila. La austeridad debe guiar el Llevant del futuro. Completamente de acuerdo. Austeridad es acabar con los sueldos de capitán general que imperaban y con el nepotismo. Austeridad es no firmar contratos largos que tantas pérdidas y problemas de vestuario han generado. Austeridad es maximizar la eficacia en todos los ámbitos. Austeridad es también audacia y perspicacia, o picardía al menos: si en diciembre anuncias que vas a recortar secciones y entre ellas la joya de la corona, el femenino, tus rivales saben que optan a tus mejores futbolistas a precio de saldo y todas van a querer salir. Estás devaluando el valor del club y dinamitando la actual trayectoria del equipo, magnífica. Austeridad es no dar pábulo a los intereses personales que inspiran el regreso de Campaña o Morales, mientras dejas caer que Nazaret es prescindible porque no es rentable, pero que sí que vas a forrar el estadio para poner en marcha un incierto proyecto comercial.
••• Luz y taquígrafos. Era imprescindible que Danvila saliera a dar la cara y explicara al levantinismo su proyecto. Bravo. Es justo lo que siempre habíamos exigido. Es el camino. El problema es la puesta en escena del consejero que se mostró inseguro e incapaz de despertar confianza e ilusión. Y el problema sobre todo es el contenido: recortes sin mucho sentido, sin formar parte, en apariencia, de una estrategia global, comentarios improvisados. Pese a ello, y a las posibles meteduras de pata, hay que poner en valor a un tipo que se está matando para enderezar el rumbo, y que se está jugando su patrimonio.
••• Un informe económico detallado. Para abundar en la transparencia que quiere ser marca de la casa de los nuevos gestores del club, sería una medida positiva e inteligente compartir con los accionistas un resumen inteligible y sencillo de la situación económica real, antes de la Junta. En mi opinión, las cuentas son malas pero parecen peores de lo que son. Un poco de tranquilidad y optimismo en esta parcela se antoja imprescindible.
••• Copa. Aún con rotaciones, el equipo debería mostrar ante un rival aguerrido pero inferior (sobre el papel), si es capaz de ofrecer una cierta continuidad respecto al fútbol ofrecido frente al Valladolid. La plantilla necesita creer que es posible encadenar victorias y la hinchada, convencerse de que lo del sábado no fue un espejismo.