bombeja agustinet! / OPINIÓN

¿Morir en la orilla?

19/12/2023 - 

VALÈNCIA. Se queja Calleja en rueda de prensa del pesimismo ambiental. Después de semanas terribles (sumando 2 de 18 puntos) y de obtener al fin una victoria, ante el Valladolid, el levantinismo vivió con resignación un triste empate en Gijón. Pese a las circunstancias muy favorables, el Llevant mostró nula ambición, a pesar de jugar 40 minutos con uno más y fueron los asturianos quienes se lanzaron con todo (coraje, empuje, ilusión, determinación) a por la victoria. Esta es la pura realidad. Como que se venció (2-1) a un Huesca que lucha por escapar del descenso, tras disputar 70 minutos con uno más (por una expulsión injusta, además, como el penalti de Capa, todo sea dicho) y hacer una segunda parte lamentable. Sí, Orriols acabó pidiendo la hora, con el equipo encajonado delante de Andrés. Durante muchos minutos pareció que era la escuadra valenciana la que estaba en inferioridad. ¿Cómo se sorprende el míster de la reacción ante esta realidad? ¿Es que vive en un universo paralelo? ¿En algún tipo de burbuja? Quién sabe. Ya no entiendo.

Ante una situación así, tampoco los futbolistas, a pesar de su calidad y su valía, son capaces de puentear la cobardía y el conservadurismo del míster para rebelarse y jugar de otra forma. Al obedecer instrucciones mediocres acaban firmando partidos mediocres y pareciendo mucho peores de lo que en realidad son. Muchos de ellos, de hecho, son buenos o muy buenos. Me sorprende que este equipo no saque su carácter, más allá de las limitaciones obvias de quien lo dirige. No sé: Andrés, Capa, Muñoz, Pablo, Oriol… parecen chicos con personalidad y capacidad de liderazgo. ¿Por qué no dan un paso al frente? ¿Por qué son ellos los primeros en conformarse con un 0-0 en Gijón o un peligroso 2-1 ante el Huesca?

Ahora resulta que Bouldini, para algunos, es un paquete. Cuesta entender cómo ven el fútbol. El máximo goleador del Llevant es un rematador. Por eso se hinchó a meter goles a principio de Liga, cuando el equipo jugaba por bandas y metía balones en condiciones al área. ¿Cuánto hace que eso no sucede? Pero si hasta los córneres son absolutamente estériles, con apenas cuatro levantinos dentro del área rival y cuatro guardando las espaldas… Cantero es otro paquete. En realidad, el chico jugó bien y destacó mientras tenía alguien en la medular capaz de meter balones al espacio y hacerle correr. Si lo pones en un ataque estático, no rendirá porque no tiene regate. Fabrício lo será en breve, por lo mismo, pese a sus condiciones, extraordinarias. El brasileño también necesita que lo pongan a correr. 

El Llevant juega a mover el balón en el rombo central, sin profundidad. Es el fútbol que el míster dibuja en la pizarra y los futbolistas acatan en el césped. Es lo que hay. En este contexto destaca Gómez, un delantero de brega, que contribuye a ese dominio estéril sin ocasiones ni profundidad. Cada futbolista tiene unas características y no todos pueden adaptarse igual a una forma de jugar. No ser capaz de llegar a ver esto es una invitación a masacrar a cualquiera que, quizá, y solo quizá, en otro contexto, podría aportar mucho más. Adaptarse a los futbolistas que tienes y hacerles parecer mejores de lo que son es una de las grandes virtudes que puede llegar a tener un entrenador.

Esperamos una victoria en La Romareda para auparnos en la tabla. Aunque sea de penalti injusto en el último suspiro. Recuerdo el año de Mané, plagado de partidos mediocres, de victorias y empates agónicos. También de sospechas terribles. Y, sin embargo, se ascendió. En Lleida, en otro partido tristón, contra un rival descendido, con 5.000 granotes en la grada. Estoy convencido de que sumar puntos jugando así será nadar para morir en la orilla. Ojalá me equivoque y el destino nos depare una sorpresa. Aunque mi única confianza sigue depositada, sobre todo, en la potencialidad de estos futbolistas, si finalmente se atreven a ser decididos y ambiciosos. Si irrumpen líderes con ambición, capaces de rebelarse contra la congoja y la tristeza.

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