VALÈNCIA. El Valencia de José Bordalás ha logrado poner fin en las últimas jornadas a la endeblez defensiva que le llevó a ser bien entrado el presente curso el segundo equipo mas goleado a pesar de que los equipos entrenador por el técnico alicantino se han caracterizado siempre por su eficacia en torno a su portería.
Una de las premisas fundamentales en el estilo futbolístico de José Bordalás es dotar a sus equipos de una seguridad defensiva desde la que construir el juego, una condición que en su primera temporada en el Valencia ha costado asimilar, si bien en las cuatro últimas jornadas parece haber encontrado la fórmula para frenar la sangría de goles en contra que lastraba el rendimiento del equipo.
Desde que el Barcelona le marcase cuatro goles en Mestalla en la jornada 25, el Valencia solo ha recibido un gol en las cuatro siguientes ante Mallorca, Granada, Getafe y Elche, a pesar de que solo uno de esos partidos lo disputó como local, aunque fue precisamente en este encuentro, ante el conjunto granadino, cuando recibió el único tanto en este periodo.
Tras el partido ante el equipo barcelonista el Valencia había recibido 42 goles en 25 partidos, lo que suponía una media de 1,68 goles y solo los 51 goles que le habían marcado al Levante, colista de la clasificación, empeoraban los registros defensivos del equipo de Mestalla.
En esta mejoría defensiva, a la que también se une el partido de vuelta de la Copa del Rey ante el Athletic Club y en el que se impusieron los valencianistas por 1-0, han aparecido nombres propios como los del guardameta georgiano Giorgi Mamardashvili o el defensa Gabriel Paulista, que tras varios meses lesionado volvió al equipo aunque el brasileño no estuvo en la última cita en Elche .
Ademas de la falta de oficio de sus jugadores en algunos momentos a la que achacaba en parte Bordalás esta inconsistencia defensiva, también influyó las numerosas bajas en la retaguardia que sufrió el equipo, puesto que además de Paulista también tuvieron problemas físicos José Luis Gayá o Thierry Correia, al margen de las ausencias momentáneas por covid de otros miembros de la defensa.
Pero ha sido una mejoría colectiva la que ha hecho revertir el rendimiento defensivo del equipo después de que Bordalás se quejase en distintos momentos de la temporada de "encajar tanto y tan fácil" pese a que desde llegó al Valencia el pasado verano tuviera como objetivo primordial cerrar la hemorragia en defensa que su nuevo equipo habla sufrido en las últimas temporadas.
Tras el parón de la competición por los partidos de selecciones nacionales, el Valencia deberá refrendar su mejor rendimiento en su área en casa ante el Cádiz, en su visita al Rayo y de nuevo en Mestalla ante Osasuna en los siguientes compromisos ligueros, que también marcarán si son factibles las ahora complicadas opciones de alcanzar competición europea el próximo curso.
Asimismo, la línea al alza del equipo valenciano y la consolidación defensiva llegan con la final de la Copa del Rey dentro de un mes a la vista, ante un Betis que tiene en su pegada una de sus grandes virtudes, como lo demuestra el hecho de que ya ha superado los 50 goles en liga.