VALÈNCIA. José Bordalás sorprendió en el encuentro ante el Villarreal de flexibilidad táctica, cambio de sistema en el derbi para tratar de paliar una carencia del equipo en el centro del campo del Valencia CF, la superioridad de los rivales ahogaba a Guillamón y a Wass y el alicantino puso remedio.
La inclusión de Racic en un trivote que tenía que hacer frente a Coquelin, Capoue y Parejo ayudó al control del centro del campo por parte del Valencia CF, que días antes contra el Real Betis sufrió para hacer lo mismo con William Carvalho, Guido y Canales o Fekir bajando a ayudar.
Pero no fue la única variante que utilizó el técnico, sino que los extremos estaban obligados a bajar a las ayudas a los laterales, y se vio como tanto Hélder Costa como Marcos André, fueron vitales para parar las rápidas acometidas de Danjuma, Moi Gómez o Yéremi Pino junto a la propuesta de Emery de ubicar laterales profundos como Aurier o Estupiñán.
El brasileño fue la pieza sacrificada por Bordalás para que Guedes se quedara arriba con total libertad, con un trabajo incansable y ayudando a Gayà. Hélder Costa también fue clave, defendiendo al mejor jugador de los de Emery, Danjuma, ayudó a Foulquier a 'secar' al neerlandés, que no pudo irse del lateral en casi ninguna ocasión.
El Valencia CF, ésta vez, sí que hizo lo que pedía el míster, presentó un partido duro, un partido difícil y un partido dónde los jugadores dejaron los "hábitos" a un lado para arremangarse el traje de faena y pelear por los tres puntos.
Así, el 4-4-2 de Bordalás, que era inamovible durante las primeras once jornadas, parece haber sido sustituido en bien del equipo, y habrá que ver lo que decide el técnico en la próxima jornada, en la que el Atlético de Madrid visita el estadio de Mestalla.