Bordalás ya imprime carácter

VALÈNCIA. El nuevo técnico del Valencia, José Bordalás, ha conseguido imprimir carácter a su equipo desde el primer momento, tal y como demostró en el debut liguero como entrenador del conjunto de Mestalla ante su ex equipo, el Getafe, (1-0), que se produjo en un partido con un guion que parecía estar expresamente escrito para poder hacerlo.

A los treinta segundos de juego, una falta de Hugo Guillamón, la primera de las muchas que se cometieron en el encuentro, fue revisada por el VAR y el colegiado Jesús Gil Manzano mostró la roja directa al medio centro del equipo valenciano en el minuto 3.

El Valencia se enfrentaba con la épica desde el mismo comienzo del choque, con el objetivo de no perder en los 87 minutos que restaban el punto que en ese momento tenía.

Ocho minutos después, de penalti, el Valencia se adelantó en el marcador. El botín pasó de uno a tres puntos y para ello Bordalás dispuso un 4-4-1 con Maxi Gómez como único punta por delante de un bloque replegado y presionante que sacaba siempre que podía los balones en largo para que el atacante uruguayo lo peleara con los tres centrales que había dispuesto Míchel, técnico del equipo rival.

El Valencia mostró durante todo el encuentro una intensidad que no se recordaba en Mestalla, donde en las dos últimas temporadas, bajo la batuta primero de Albert Celades y luego de Javi Gracia,  se ha visto un equipo que en algunas fases de los encuentros ofrecía buen fútbol, pero que siempre estuvo lejos de mostrar la garra de este debut liguero en el que estuvieron de entrada nueve futbolistas de la pasada campaña.

Por ello, el equipo de Bordalás no se parece en nada a estos últimos "valencias" y solo tiene algunas similitudes con el que Marcelino García Toral  presentó entre 2017 y 2019, cuando la competitividad también fue una seña de identidad.

Si las tarjetas se entienden como muestra del compromiso de los jugadores, el Valencia se llevó, al margen de la roja inicial, merecida a pesar de que no hubo mala intención en la entrada, hasta seis amarillas.

Jugadores como Daniel Wass, Carlos Soler o José Luis Gayà fueron amonestados, al igual que Maxi Gómez, que forzó la expulsión de su compatriota Erick Cabaco en una acción discutible, así como Jason Remeseiro y el debutante Omar Alderete.

No dio respiro el Valencia al exequipo de Bordalás, que todavía mantiene la identidad de su actual técnico, lo que propició un partido jugado de poder a poder, peleado de principio a fin y en el que ningún equipo dio tregua a su oponente.

Bordalás transmitió, al igual que ha hecho en los clubes que ha dirigido con anterioridad, que le van los partidos eléctricos, en los que no hay tregua y en los que sus jugadores sacan sobre el césped los argumentos con los que su técnico quiere que busquen la victoria.

El rival, que jugó 75 minutos con un hombre más, dominó el choque, hasta ese momento, aunque las ocasiones, que no fueron muchas, habían estado de parte de los locales.

En el último cuarto de hora y restablecida la igualdad numérica, el equipo local acusó el esfuerzo físico, pero no perdió la concentración para defenderse cerca de su portería, con una buena actuación del portero Giorgi Mamardashvili, muy bien arropado por su retaguardia.

Maxi Gómez aguantó los noventa minutos y se mostró potente a la hora de pelear balones aéreos, Gonçalo Guedes desbordó, Denis Cheryshev forzó el penalti y Wass y Soler aguantaron en el centro del campo por delante de una defensa eficaz. El Valencia se pareció mucho a lo que su técnico espera del equipo.