Busquemos a nuestro Pizzi

VALENCIA. Que largo se nos ha hecho esto. Quizá haya sido la parada de las selecciones. O tal vez la sangre derramada en París, que nos ha afrancesado a todos un poco, bien por postureo o por sentimiento. Pero causas mayores han puesto al fútbol donde tiene que estar, en el entretenimiento banal que es, por mucho que nos guste el debate acalorado sobre sistemas, entrenadores y fichajes.

Y en esas estamos, esperando al viento frío que dicen que está a la vuelta de la esquina para recibir con calor a un Las Palmas que, en principio, no asusta y como que se da por sentada una victoria ante los de Setién, que sigue teniendo el fútbol en la cabeza como lo ejecutaba con los pies.

Imaginen si la cosa se ha hecho larga que han pasado a primer plano cuestiones relacionadas con la cantera-academia-comosellameahora de Paterna, con la familia Torres ejerciendo de padres típicos de fútbol base según cuentan las crónicas. Es decir, en una semana tranquila, se ha rascado para montar una pequeña polémica que pone, otra vez, en el disparadero de la duda la gestión deportiva de Meriton, con la contratación de Alexanco (en mis cromos salía escrito así) como director del fútbol base.

Y oigan, no se si la cosa está para tomarlo tan a la ligera. Lo de Las Palmas, digo. Sacar tres victorias consecutivas en la doméstica sería algo nuevo esta temporada. Y no viene mal este edredón de nueve puntos antes de ir a Sevilla y recibir al Barça, con escalas en Stalingrado -perdonen, la épica de la batalla- y Barakaldo, donde fácil, fácil, no se lo van a poner a los Nuno's boys.

Porque el equipo va camino de eso. De serlo. Bien por generación espontánea o por gestión del grupo. Con contratiempos sanitarios que pueden convertirse en extraordinariamente oportunos para Espirito. A poco que los mozalbetes delanteros que quedan en pie metan tres o cuatro goles, Negredo, su apéndice y el resto de su cuerpo tendrá más pinta de pasar a la carpeta de las ilusiones que fueron blufs, junto con Kluivert, Edu y Morientes, por nombrar algunos. Y de momento, los nombres para reforzar la vanguardia no son muy apetecibles para el aficionado. Falcao, el más rimbombante no parece ser rescatable para el alto nivel. No lo ha conseguido Mou en Chelsea, así que no creo que el tatuado aprendiz de José sea capaz, vista además la poca mano izquierda de Nuno E.S. con los que llevan vitola de cracks.

Por lo tanto, sería necesario encontrar un jugador con la siguiente radiografía: ha de ser veterano de resultado inmediato, con experiencia al primerísimo nivel, aunque ahora este participando en una liga menor, con opción de poder jugar competiciones europeas, que sume en el vestuario y que venga en una cesión condicionada al final de la temporada para poder sentarse a hablar si las partes lo consideran oportuno. No debe ser tan difícil teniendo al superagente de nuestro lado poder conseguir un jugador con semejante perfil. Ejemplos han habido en La Liga, Larsson en el Barcelona o Pizzi en Villarreal, sustituyendo a Palermo. Jugadores de club, profesionales en el más amplio sentido de la palabra. Un Keita para la delantera, para perfilar el tiro del todo.

Pero es fundamental el storytelling. Como vender el club para que el fichaje en cuestión sienta el respeto que usted y yo sentimos por estos colores. Y lamento volver a repetirme, pero esa función mágica que el trabajador de la secretaría técnica ha de hacer sentir al futurible para que se muera de ganar por venir al Valencia y rellenar de éxitos la línea que está reservada para escribir su parte en la historia del Valencia CF no encuentro a nadie en la primera fila que lo pueda hacer.

Oigan. Y sin chorradas, que Lim saque la chequera y fichemos a Nolito. O a Villa, en un último servicio al Valencia. Quien sabe, podría ser su reenganche a la selección y seguir sumando goles.

¿Se lo imaginan? Yo sí. Y la verdad es que me encanta. Pero me temo que el despertador va a sonar en breve.