VALÈNCIA. Fabrício Santos apura el final de su recuperación. Casi dos meses después de que el delantero brasileño cayera nuevamente al dique seco por culpa una lesión muscular en el bíceps femoral de la pierna izquierda, podría volver a la dinámica de grupo en la vuelta al trabajo del equipo granota este miércoles. Julián Calero podrá contar entonces con una nueva alternativa en ataque que apenas pudo exprimir en pretemporada. La lesión se produjo el pasado 6 de agosto, en plena preparación para el arranque liguero, y Fabri nunca pudo ser una opción en el necesitado ataque de Orriols.
No obstante, el entrenador de Parla espera a su atacante con los brazos abiertos. Con una alternativa diferente en su ofensiva, el técnico habrá de encajar las piezas de su puzle si quiere que el carioca tenga cabida en un sistema en que, ahora mismo, solo conviven Morales y Brugui como hombres inamovibles del frente de ataque levantinista.
El club del Ciutat ha dejado caer en sus redes sociales que Fabrício volverá a entrenarse en los próximos días. El veloz extremo habrá de probar sensaciones y, en función de ello, podría entrar en la lista del encuentro del domingo ante el Almería. No es descartable, aunque posiblemente precipitado teniendo en cuenta la precaución que los servicios médicos quieren hacer valer con Fabri. Sobre todo, después de sus recaídas y dolencias anteriores en sus isquios. Pies de plomo.
Y es que la zona isquiotibial del carioca que trae cola. En ella se lesionó en las dos ocasiones en que, la pasada temporada, tuvo que frenar por período mínimo de un mes, que esta vez ha sobrepasado con creces.
El pasado mes de octubre, hace casi un año, un pinchazo algo más arriba, en la parte posterior de ese mismo muslo -en el recto femoral- supuso el primer dolor de cabeza para un futbolista que, en ese momento, quiso salir airoso. La lesión se produjo en Albacete, precisamente en su encuentro estrella desde su aterrizaje de manera definitiva en el primer equipo. Sin embargo, Fabrício se vio recuperado y los servicios médicos de la entidad, entonces todavía capitaneados por Miguel Ángel Buil, le dieron por apto. Tardó 20 minutos del siguiente partido en recaer, algo que generó confusión en el anterior cuerpo técnico, pues el atacante sí tenía el alta competitiva.
Aquel episodio obligó al ex del Celta a parar exactamente un mes. Regresó y, de nuevo, en un encuentro propicio para su galope, cayó al dique seco. En La Romareda, Fabri sufrió la segunda lesión de importancia del curso... en el mismo grupo muscular, pero en la pierna contraria. Entonces, el parte médico reveló una lesión en el bíceps femoral derecho que provocó que se alejara mes y medio de los terrenos de juego. De hecho, aquella lesión se produjo en el último choque anterior al parón por vacaciones navideñas y no volvió a vestirse de corto hasta febrero. Fue la penúltima dolencia de relevancia de un Fabrício que, hasta la pasada campaña, no había acostumbrado a encadenar lesiones de ese tipo.