VALÈNCIA.
En la primera parte, 11 contra 11, ya estábamos bien. Hemos llegado y hemos estado en campo rival, por lados y entre líneas. Luego ha venido la primera expulsión... Yo no sé si hay alguna duda. Es que es clarísima. No le ha roto el tobillo a Carlos de milagro. Y creo que Ortuño no tenía intención. Ha tocado balón pero se le ha ido el pie. Y la segunda roja, no sé muy bien qué ha pasado. Ha sido fuera de tiempo y no lo sé. Ha sido importante empatar antes del descanso para que no entrara ansiedad. Y en la segunda parte, necesitábamos masticar el partido. Es muy difícil cuando se meten ocho más el portero atrás. Pensaba en tareas de entrenamiento parecidas, en las que cuesta hacer gol. Ellos han hecho un esfuerzo muy grande, y nosotros hemos hecho lo que teníamos que hacer.
Si nos dicen que en la jornada 5 estamos así, teniendo en cuenta el calendario y de dónde venimos, es para estar contentos. Prudentes pero contentos.
Él tiene un cuchillo con punta afilada y, en Caratagena, intentó clavar tres veces en el melón y no atinó. Hoy, a la primera, para dentro. Es un chico que tiene área, tiene gol, y hoy era el momento ideal para meterle. Meter a Espí como referencia ha hecho al Eldense envolverse entorno a él. La ha tenido, y ha tenido otra en una jugada precioso. Estoy muy contento con él, en ciertos contextos nos va a ayudar mucho.
Los canteranos tienen que tener su dosis... en el contexto adecuado. Espí lleva dos partidos saliendo en un contexto extraordinario, pero hay que tener capacidad para sacar rendimiento a ese contexto... y él la tiene. Hoy se ha ganado más minutos y, por sus condiciones, que no tenemos en plantilla, nos tiene que ir dando muchas cosas.
Era lo que no quería que sucediera. Lo hemos hablado al descanso. Habría que tener ritmo de circulación y abrir el campo, pero a la hora de centrar ellos nos cerraban cualquier acción con sus centrales. Iban pasando los minutos, el público empezaba a tener la sensación de que la victoria no iba a llegar, y no quería que eso se trasladase al campo. Con los cambios, no quería perder el equilibrio a pesar de haber sido criticado si no hubiese entrado el balón. Si pierdes el equilibrio, ni atacas ni defiendes. Mantuvimos cierta paciencia y conseguimos el premio.
Le ha venido muy bien. Ha tenido un verano difícil, lógico. ¿A quién no le afecta tanto comentario respecto a su futuro? Tenemos piel, no aluminio. Su representante le comentaba unas cosas, el club otras, Calero diciendo que se quede... Hoy le hemos recuperado. Hemos invertido estas dos jornadas en su cabeza, para que volviera a coger esa confianza. Y el gol le ha venido hoy igual de bien, que al equipo. Extraordinario.
Hay que proteger a todos los futbolistas. No a unos sí y a otros no. Las condiciones de Carles hacen que sea un jugador en el que haya contactos. Y la forma de protegerle es lo que ha hecho hoy el árbitro: expulsar a un jugador por la entrada de Ortuño, sin intención pero peligrosa. Podría haberle roto el tobillo, las imágenes son terribles. Ahora está bien, un pelín dolorido e inflamado, pero bien. Tenemos que hacer que siga buscando muchas situaciones de uno contra uno, de último pase. Hoy ha jugado en izquierda, por dentro detrás de Morales, por fuera para que no le referenciaran. Queremos que sea un poco más indetectable, que pueda aparecer por cualquier posición.
Había algunos cables que no estaban desconectados, pero había que ajustarlos. Ahí estaba el público... y el equipo también. Hacía falta energía positiva, que es fundamental para un equipo que quiera hacer algo. Lo que hemos tocado es el corazón de la afición. ¿Cómo? Compitiendo bien. Eso le gusta a la gente. Y además jugamos bien al fútbol. Nos faltan algunas cosas, pero estamos muy contentos. Ha rebotado la pelota, y el público nos transmite energía positiva. Hay comunión entre afición y equipo.