VALÈNCIA. Hoy paso del partido de anoche ante el Krasnodar y me voy a fijar en un solo jugador de la plantilla que me atrae por sus enormes cualidades y que parece que últimamente está algo desconocido. Hablo de Carlitos Soler -a estas horas como pasó en su día que Vicentín pasó a ser Vicente, deberíamos llamarle simplemente Carlos y olvidar el diminutivo-, un futbolista con un talento especial y una calidad fuera de toda duda, pero al que le está tocando jugar siempre pegado a la derecha en una posición para la que no ha nacido y sin embargo su entrega y su silencio demuestran que es un tipo disciplinado y trabajador y del que yo espero, en relativamente poco tiempo, que sea el recambio natural para Parejo en el centro del centro del campo para el Valencia. Piénsenlo bien, es muy joven, es disciplinado y siempre se entrega al equipo. Y seamos francos, Parejo hoy por hoy está a un nivel superior, altísimo, y eso provoca que Soler tenga que permanecer a la espera pegado a la derecha o en el banquillo de suplentes. Pero yo le tengo fé y confío en su futuro de forma impagable.
TODO SU CARÁCTER
Soler es un tipo implicado que da la impresión que juega donde al míster le da la gana aunque él se sienta más cómodo e incluso importante actuando en otra zona del campo. Pero Soler puede sufrir siempre pegado a esa banda derecha pero no protesta y se esfuerza. En sus últimos partido en general -no cuento con el de anoche- Soler ha jugado algo desdibujado e incluso ha jugado bastante menos de lo que nos indica una calidad que todos ya conocemos pero que da la impresión que necesita un punto de reacción inmediato. Y yo les voy a ser franco. A mi Soler me impone respeto y admiración a su silenciosa entrega constante. Es un tipo al que admiro y del que pienso que va a tener un futuro enorme en nuestro querido fútbol patrio. Pero hablo de futuro. Ahora le toca observar y aprender de como se mueve Dani Parejo y de como Parejo hace que se mueva todo el equipo. Un gran espejo donde mirarse y un punto de superación importante.
TIPO DE LA CASA
Y lo atractivo de Soler, al margen de la enorme calidad que todos damos por hecho que tiene en sus botas pero al que últimamente se le observa algo desdibujado, es el futuro inmenso que tiene en sus botas. Antes les he dicho algo que parece de cajón pero que en el fondo es una alegría para todos los que se sientan valencianistas. Hablo de Soler en la posición de Parejo y de Parejo algo desdibujado por el paso de los años. Hablo de futuro, sí, y para mi ese futuro sí que tiene cierta continuidad en el Valencia. Piénsenlo bien. Reemplazar a Parejo en el futuro parece o da la impresión de que es una medida algo irregular y sorprendete. Pero la clave en el Valencia es seguir atesorando y mantener en tu propiedad al que puede y debe ser el nuevo Parejo para un futuro más o menos próximo. Y ese nuevo Parejo será Soler sin estar pegado a banda y con un fútbol mucho más maduro en su cabeza. Y digo más. Cuando llegue ese momento yo sí que veo desde ya a Soler formando parte de la selección española y con toda la experiencia que esta adquiriendo respondiendo con categoría a ese reto que va a tener dentro de poco tiempo, el necesario.
Y YO LE APLAUDO
Piénsenlo bien. Soler juega pegado a banda o no juega y se queda en el banquillo.Pero lo importante es que está, que se ha fabricado en Paterna y que tiene un futuro por delante realmente impresionante. Tiene un gran fútbol en sus botas, tiene un ejemplo enorme ahora mismo por delante que se llama Parejo y tiene algo sensacional que no es otra cosa que el cariño a raudales de todos los seguidores del Valencia que ven en él a un crack de seguras proporciones para un futuro relativamente cercano. Y yo soy uno de ellos. Mi apuesta por Soles es absoluta y sin condiciones. Un tipo que huele a estrella aunque ahora parezca demasiado pronto. Pero es un tipo trabajador y ordenado. Y con ese carácter y esa cualidad innata que atesora vamos a disfrutar a lo bestia dentro de muy pocos años. Amunt Soler señores, tenemos un crack en potencia al que debemos animar y cuidar sin descanso. El futuro es suyo... y en parte nuestro de verle jugar.