Cavani ya ejerce de líder en el césped

SEVILLA (Enviado Especial). “El equipo se acabó desfondando con la salida del campo de Cavani. Hay que trabajar la falta de jerarquía que acusa el equipo cuando “Edi” sale del campo”, comentaba en las entrañas del Ramón Sánchez Pizjuán un Gonzalo de Los Santos que fue testigo in situ del empate del Valencia en Sevilla.

Con sólo 5 encuentros disoutados, Cavani ya se ha convertido en luz y guía futbolística y espiritual de este Valencia. De estar Cavani o no en el campo el equipo muestra una cara u otra muy diferente aunque el charrúa es consciente de su papel de liderazgo y estté siempre dispuesto a aportar dentro del campo y fuera del mismo.

Los 63 minutos en los que el charrúa permaneció sobre el campo comenzaron a dar bien pronto sus frutos con el cabezazo que envío al fondo de la portería del Sevilla tras el envío de Foulquier. Y a partir de ahí, el uruguayo fue uno de esos veteranos que dieron un paso al frente como demandó Gattuso hace unas semanas. Por ser el primero que iba a la presión en campo rival y tiraba por tanto del equipo que se veía contagiado por el efecto arrastre del uruguayo. Al mismo tiempo, no dejó un sólo instante de dar indicaciones y de corregir tácticamente a sus compañeros en determinadas situaciones, fundamentalmente sin la pelota y para aumentar la eficacia a la hora de frenar los ataques del equipo de Sampaoli.
Del mismo modo, Cavani fue en una multitud de ocasiones el primer defensor atento para echar una mano a la hora de defender los saques de esquina del equipo rival. Y como todo jugador con bagaje y peso específico, hasta el respeto arbitral es diferente. Mientras Soto Grado repartió algunas tarjetas por entender pérdida de tiempo (Nico) o fue a abroncar a Mamardashvili en la primera parte por retrasar algún saque de puerta, cuando Cavani enfiló al minuto 63 y con toda la parsimonia del mundo el camino de la banda para ser sustituido por Marcos André, los futbolistas del Sevila pidieron la tarjeta para él. Sin embargo ahí Soto Grado no se atrevió a decirle nada mientras le hacía una seña a los locales de que no padecieran por el tiempo porque el cronómetro estaba parado durante el cambio.

Podría parecer que ahí acababa el concurso de Cavani en el Pizjuán, pero nada más lejos de la realidad. A partir del mínuto 63 Edinson comenzaba a vivir su otro partido, el que jugó desde el banquillo.  Animando, corrigiendo, conteniendo incluso algunas protestas de sus propios compañeros de banquillo para evitar una situación como la vivida en Pamplona con Diakhaby y tomando parte activa en la decisión final en la consulta de VAR de Soto Grado. Cuando el riojano fue a la pantalla a consultar la jugada del penalti, Cavani primero contiene a muchos de sus compañeros en el banquillo ante las advertencias del cuarto árbitro. Sin embargo hay un momento en el que se percata de que Alex Telles intenta llegar hasta la pantalla de VAR en la que el colegiado está consultando para presionarle y ahí si fue con todo al cuarto árbitro y al asistente para recriminar que el jugador sevillista no podía ocupar esa posición durante la consulta. Sus indicaciones surtieron efecto y el cuarto árbitro no dejó al brasileño continuar con el intento de intimidación al colegiado quien acabó señalando el punto de penalti.

Ahí Cavani volvió a ejercer de líder espiritual, primero celebrando con los suyos la máxima pena en el banquillo, y luego levantando ánimos -a Gayà entre otros- tras el fallo desde los once metros y con la amargura de muchos futbolistas de haber visto en el tramo final como pudieron ganar el encuentro que se les acabó escapando entre los dedos.

Con sólo cinco encuentros Cavani ya demuestra que ofrece aquello para lo que se le contrato en virtud de su status: no sólo goles, si no liderazgo en el campo y ascendencia sobre el grupo. Ahora sólo falta que el grupo sepa encontrar una línea de continuidad sin el uruguayo sobre el campo.