El centrocampista del Real Betis está protagonizando un arranque liguero en el que no está contando lo que se presumía por su proyección y primeras impresiones de su entrenador Gustavo Poyet
VALENCIA. El centrocampista del Real Betis Dani Ceballos está protagonizando un arranque liguero en el que no está contando lo que se presumía por su proyección y primeras impresiones de su entrenador, Gustavo Poyet, y en el que su principal agarradero moral y de juego es su presencia permanente en la selección sub-21.
Dani Ceballos, de 20 años, jugó ayer 20 minutos ante San Marino en sustitución de Oliver Torres y viene siendo uno de los fijos en las convocatorias de Albert Celades, un bálsamo para el centrocampista utrerano en la que apuntaba ser la temporada de su consagración y en la que, hasta el momento, sólo hay interrogantes.
El mediocentro (Utrera, 1996), campeón de Europa en Grecia con la selección sub-19, es una de las grandes promesas de la cantera verdiblanca y una de las mayores esperanzas de su afición desde que debutó con diecisiete años en el Betis en 2014 ante la Real Sociedad, subió al primer equipo en 2015 y protagonizó una procelosa y ardua renovación que culminó con éxito en ese año y hasta 2020.
El buen año que protagonizó en su debut en la máxima competición hizo que fuera seleccionado por la Asociación Española de Prensa Deportiva como uno de los quince mejores jóvenes de La Liga en una lista encabezada por Saúl Ñíguez y Denis Suárez, en la que estaban, entre otros, Iñaki Williams, Samu Castillejo o Sergi Roberto.
La proyección y juego de Ceballos en los 34 partidos que jugó en la pasada temporada, unidos a las expectativas depositadas en él por Gustavo Poyet hacían prever un papel estelar del centrocampista que, sin embargo, no se ha correspondido con su participación en los compases iniciales de este ejercicio.
El propio Ceballos afirmó que este año, que se presumía iba a ser la de su eclosión definitiva en la elite, no habría "excusas que valgan" y que tenía que verse su "mejor versión" tras una temporada pasada "complicada" por el asunto de su renovación, por la que su cláusula pasó de 3 a 15 millones de euros en función de determinadas variables.
Sin embargo, hasta el momento son más las sombras que las luces en los cuatro partidos en los que ha participado y el único que ha jugado como titular fue ante la Real Sociedad la pasada jornada, lo que ha suscitado un debate entre los aficionados al que, de mejor o peor grado, ha tenido que entrar el cuerpo técnico del Real Betis.
Gustavo Poyet explicó en su día que lo del medio de Utrera es "una suma de cosas, no una razón sola", que "tiene que dejar de lado la ansiedad" porque "cuando juega quiere aprovechar y hacerlo todo en un rato" y que, pese a que sabe "lo importante que es" el jugador, tiene que "manejar" los tiempos y la situación.
"Me puedo estar equivocando y lo tengo que aceptar, pero hay de fondo una suma de razones por las cuales no está participando", reflexionó el entrenador uruguayo, quien aseveró que "tiene una carrera por delante espectacular" y que "cuando se afiance puede ser decisivo", para lo que tendrá que encontrar "el momento justo".
También se ha pronunciado sobre las razones del momento que vive Dani Ceballos el preparador físico verdiblanco, Marcos Álvarez, quien argumentó razones propias de su parcela para explicar por qué no ha gozado de continuidad en las alineaciones de Gustavo Poyet.
En este sentido, la mano derecha del uruguayo señaló que Ceballos "tenía una descompensación muy grande" de su tren superior respecto al inferior y que "necesita por su posición ganar muchos balones por choque y contacto", lo que, según desveló, "se lo ha tomado de una manera muy profesional, echando incluso horas extras".
"Cuando encuentre su momento para jugar, se verá con toda la seguridad y confianza del mundo para que nos demuestre lo que todos pensamos que es, un gran futbolista", aseveró Marcos Álvarez sobre el trabajo específico que lleva a cabo con el centrocampista.