Recuerdo que fue Héctor Cúper quien acuñó el término de “horrores defensivos” para explicar una derrota ante el Espanyol en Montjuic en el año 99. Fue un 3-2 tras un partido intenso, de ida y vuelta, e incluso yo diría que vistoso pese a la derrota del Valencia. Pero para Cúper, que llevaba poco tiempo en el banquillo de Mestalla, eso de encajar tres goles era algo feísimo. Incluso intolerable. El entrenador argentino tenía muy claro que el punto de partida para un equipo con aspiraciones era una buena defensa. Su estilo era lo que siempre ha llevado este club en su ADN y que, por desgracia, contrasta con lo que estamos viendo a día de hoy. Al Valencia de Celades ya le han marcado tres goles equipos como el Getafe, Osasuna o el Mallorca. Cincuenta goles encajados en 32 partidos son demasiados.
La solidez defensiva es el factor diferencial. Ahí está la clave. Es lo que siempre ha hecho grande y reconocible al Valencia. Todos los proyectos exitosos en su historia se han construido desde la retaguardia. Pero este año, el Valencia se desangra por su defensa. Y cuando no basas tu fútbol en un sistema defensivo fuerte, estás llamado a fracasar. Por eso, tras los últimos partidos disputados, tengo muy claras dos cosas. La primera que el Valencia necesita fichar con urgencia un central. La segunda, que el futbolista que llegue a Mestalla debe venir para ser titular desde ya. Pero también para liderar la defensa de cara a las próximas temporadas.
El central que firme por el Valencia en el próximo mes de marzo tiene que llegar para ser el sustituto de Garay. Porque el argentino tiene 33 años, sigue sin renovar, y acaba de sufrir una grave lesión de su cruzado anterior. El club tiene la obligación moral de renovar a Garay. Pero eso no impide que se fiche a un futbolista que venga para coger el testigo que deja. Pese a que aprieten las urgencias por los últimos resultados, el fichaje debe estar bien masticado. Y no debe ser un parche temporal para esta recta final de temporada. El necesario refuerzo tiene que ser un central con capacidad de respuesta inmediata. Pero también para formar parte de un proyecto futuro que pase por la solidez defensiva de la que hablaba anteriormente.
Las bajas de Paulista y Garay han sacado a relucir todas las vergüenzas de una mala planificación deportiva. De una planificación, cuyo responsable no ha sido un director deportivo al uso, sino el propietario del club: Peter Lim. Mateu y Marcelino fueron apartados de un proyecto ganador cuando ambos tenían muy claras las ideas para continuar creciendo como entidad. Podremos discrepar de la idoneidad de fichar a Denis Suárez o a Rafinha, pero lo cierto es que ambos eran hombres de fútbol y lo demostraron con un título que se resistía desde hacía once años.
La planificación deportiva ha sido horrorosa. Lo que sucede en la defensa tiene mucho delito. El Valencia cuenta con una buena pareja de centrales titulares: Garay y Paulista. Pero el tercer central, Diakhaby, genera más dudas cada vez que juega. Se deprecia partido a partido. ¿Es cierto que un club ofreció 40 millones por Diakhaby?. Si es verdad, Lim se cubrió de gloria al decidir no traspasarlo. Terrible. Pero todavía es más terrible que no confíes en tu cuarto central. A Mangala lo han fichado para que se recupere en el Valencia. Y la sensación que ofrece Mangala es que no está para competir al máximo nivel.
¿No había nadie en el filial que pudiera ejercer de cuarto central del primer equipo?. Ante la Real Sociedad le tocó el turno de entrar en la convocatoria a Hugo Guillamón. Primero lo hicieron Javi Jiménez y Guillem Molina. Albert Celades desveló el pasado viernes en rueda de prensa que conocía muy bien a Guillamón de las categorías inferiores de la selección española. Entonces, ¿por qué ha tardado tanto tiempo este central en salir a escena?. ¿Es porque no hay confianza en este futbolista y por eso no ha renovado?. Lo dicho, todo un despropósito.
Sin embargo, todavía se está a tiempo de ponerle solución a este desastre defensivo. Y la solución pasa por firmar a un central de empaque que ayude a cerrar la portería. Fichar a un futbolista contrastado y que responda al perfil que se necesita. Y para eso hay que gastárselos. No entro en si debe ser Juanpe, Salisu, o Djené. Lo que digo es que hay que mojarse. Y hacerlo con urgencia. Sin que pase más tiempo. Ha llegado el momento de que César Sánchez tome su primera gran decisión. Y con él, Celades. Adelante.