VALÈNCIA. Prácticamente todos los deportistas de élite sin excepción sueñan algún día con llegar a lo más alto en su disciplina que suele ser poder llegar a unas Olimpiadas. La taekwondista Cheyenne Brito (18/09/2003 Vinaròs, Castellón) no es menos. Sin embargo, tiene otra ambición mucho más personal para su futuro: le gustaría poder montarse un gimnasio con su padre que fue quien le hizo enamorarse del deporte de contacto.
La deportista del Proyecto FER cuenta a Plazadeportiva.com cómo fueron sus primeros pasos en el taekwondo y cuánto influyó su figura paterna en esa ‘elección’: “Con seis años practicaba otros deportes como natación, ballet y atletismo. Una tarde fui a recoger a mí padre al gimnasio donde hacía clases de kick boxing. Le comenté que quería practicar eso y el me respondió que era muy pequeña para ese deporte y que buscaría algo más asequible para mí y así comencé en el taekwondo”. De poder practicar algo similar a lo que hacía su padre, Cheyenne poco a poco fue demostrando que valía para esto. Fue ganando “campeonatos nacionales e internacionales” hasta el día de hoy en el que, con 16 años, es una de las mayores perlas nacionales en su categoría.
Cheyenne acaba de dejar atrás la categoría cadete, por lo que la valoración de su último año es “bastante positiva, aunque ha sido de adaptación a la categoría júnior”. El salto no le ha venido grande. Ni mucho menos: “Los títulos conseguidos fueron ser segunda en el Europeo por clubs junior, primera en el campeonato de Cataluña junior absoluto, primera en el campeonato de Cataluña senior y tercera en el open internacional de España”. Sin embargo, nada comparado con lo que consiguió justo un año antes, en 2017. Aunque la valenciana admite que se siente “orgullosa” de todas sus medallas, el logro que más “ilusión” le hizo fue “ganar el Campeonato del Mundo cadete en Egipto”.
Ahora la taekwondista tiene un importante reto por delante: “ganar el campeonato de España junior para poder participar en el campeonato de Europa con la selección Española”. Pero durante este año tiene muchas competiciones en las que espera “llegar a lo más alto del pódium” en cada una de ellas y, al mismo tiempo “intentar no lesionarme”. Aunque al mismo tiempo de sacar un sobresaliente en el deporte, también tiene que cumplir con los estudios. Cheyenne está en la recta final de la ESO y tener que compaginar le implica mucho sacrificio. “Tengo un planning con horarios y he tenido que sacrificar muchas veces el poder salir con amigos y demás”, explica la de Vinaròs.
Poder llegar a todo es algo con lo que tiene que lidiar todo deportista de élite aunque las cualidades como ser “trabajadora, luchadora y disciplinada” de las que goza Cheyenne, además de tener “constancia, humildad y capacidad de trabajo en equipo” siempre ayuda a poder tener éxito en todos los ámbitos de la vida que se proponga.
En este sentido, la deportista del Proyecto FER tiene los típicos sueños de deportistas como ella que son “poder participar mediante mis méritos en unas Olimpiadas”. Sin embargo, hay algo que le gustaría conseguir en el futuro que no tiene tanto que ver solo con ella sino con su familia y poder ayudar a los demás: “Me gustaría montarme un gimnasio con mi padre y poder transmitir mis conocimientos a otros niños”.
Para este segundo sueño tiene a un padre con la misma pasión que ella para que la ayude a conseguirlo. Para el primero, también pero, además, Cheyenne tiene a unos referentes en el taekwondo que le muestran el camino a seguir: “Jade Jones y Brigitte Yagüe, que son olímpicas. Aunque me gusta también mucho Ronda Rousey de MMA. Son en las que me inspiro por su fuerza, su disciplina y lo luchadoras que son en estos deporte de contacto”.
Y mientras Cheyenne se forma y se acerca cada día a las deportistas que admira, puede seguir haciéndolo gracias al Proyecto FER: “Aparte de que me han ayudado económicamente, se preocupan de cómo estoy, como me siento, cómo me va en la temporada y están atentos de mis competiciones y resultados”.