Manolo Montalt, José María Peris, Josep Lizondo, Jesús Bernal, Alberto Santamaría, Vicent Molins, Vicente Bau y Josep Bosch analizan el partido del Vicente Calderón
VALENCIA.
Los colaboradores de Plaza Deportiva muestran su visión sobre el Atlético – Valencia CF:
MONTALT
Poc a dir. El que es va vore sobre el Calderón no és la diferència abismal entre dos equips, és la diferència sideral entre dos projectes i els resultats de cada gestió.
Un equip treballat durant anys basat en criteris futbolístics, conduït per un entrenador que té la tranquilitat per a treballar per damunt d'alguna ratxa dolenta de resultats i amb futbolistes guiats per la fam i la competitivitat davant un grup de jugadors que amb baixat prompte els braços davant la impotència que reflectía la realitat del abisme que separa un equip i altre.
En el últim compromís de la història en el Calderón, el València va estar, però no va comparèixer.
PERIS
La historia reciente de este equipo dibuja la dejadez y la gestión controlada de los esfuerzos. Y el Calderón parece ser uno de esos partidos donde no tocaba jugar. Y probablemente sea esta la dinámica de aquí a final de temporada. Cubrir el expediente, instalarse definitivamente en la clase media sin otra aspiración que vivir sin apuros pero tampoco sin exigencias. Este es Valencia de la década. Con todo el gen competitivo desapareciendo por el sumidero. Siete faltas en el Calderón es el síntoma que diagnostica que donde antes había vino de bravura, ahora es casi todo agua. Es oficial. Es lo que nos toca. Vivir con moderada euforia, o no, los espejismos positivos que vengan y reducir al mínimo las derrotas y los ridículos que vendrán. Porque esto es lo que nos espera. Atravesar el desierto. Racionen el agua.
JOSEP LIZONDO
"No es un problema de 4-4-2, ni de 4-3-3. Ni de quién juega o no juega. Es un problema de ACTITUD de SERIEDAD y de PROFESIONALIDAD". Qué vamos a descubrir a estas alturas que no sepamos ya. Pero como hay que comentar, pues comentemos que a los 22 segundos ya se vio de qué palo iba cada equipo. Un Atlético que salió a morder, a presionar, a jugar al primer toque y a desnudar las espaldas del Valencia; y un Valencia que no compareció en el encuentro, cuya única misión era pasarse el balón unos a otros sin profundizar, y todo porque los últimos resultados les han dado la oportunidad de desconectar y dejarse llevar al meter ventaja suficiente con los puestos de peligro, que es en ese escenario, con el descenso ardiendo, cuando este equipo ha sacado puntos de debajo de las piedras.
La imagen es vergonzosa, impropia de la entidad que representan. Pero es la imagen que llevamos dos años padeciendo y que aun así algunos se permiten caer engañados en fábulas y ensoñaciones de puestos europeos y objetivos ambiciosos. Y no, queridos, el único objetivo que tiene este equipo es acabar la temporada y ya está. Y eso ocurre porque no hay nada detrás, pero como incidir en esto es repetirse por millonésima vez, mejor lo dejamos estar. Tú y yo, y todos, sabemos de sobra porque estamos ante un equipo que se deja llevar y escoge qué partidos ganar.
JESÚS BERNAL
SIN ACTITUD.
El de ayer fue un Valencia indolente desde que encajó el primer gol, y ya se acabó de rendir en el segundo. No ha peleado por ganar el partido en ningún momento. No ha sido rival.
Un Valencia inofensivo en el Calderón, con poco juego y cero mordiente. Ayer no hubo nada de coraje en ningún jugador del Valencia. Cuando un equipo hace bastantes menos faltas que el equipo de casa, demuestra la intensidad con la que juegas tú y el de casa. Un equipo que tuvo más posesión pero fue inútil, porque le faltó agresividad y determinación para llegar al área de Jan Oblak. El tiro lejano de Munir fue el único peligro. Así es este Valencia actual. Una de cal y otra de arena.
No hay un solo culpable. Está más que demostrado que es todo el equipo.
Este Valencia no fue rival para el Atlético. Aparte de que no tiene jugadores que te ganen un partido como "la doble G", Griezmann y Gameiro. Y el resultado fue corto por las ocasiones del rival.
Ayer, el Valencia no dio ninguna muestra de esfuerzo, actitud y compromiso. No se vieron futbolistas que quisieran el balón. Nadie en el centro del campo cogió ayer las riendas. Nadie.
Queda un final de temporada complicada y ahí de momento, en tierra de nadie. Y como muy bien dice Alberto Santamaría, este Atleti de Madrid es el Valencia rocoso y competitivo de antaño. Pero hace tiempo que pasó por encima. La realidad es la que es dice Voro.
SANTAMARÍA
Es lo que hay. Nos guste más o nos guste menos. Al conjunto blanquinegro le pasó por encima un equipo en mayúsculas, un ejemplo de todo lo que querríamos que fuer el Valencia y lamentablemente no lo es. La calidad, la fuerza, la raza, el espíritu táctico que representa el Atlético de Madrid son las cualidades que desaparecieron hace año y medio por Mestalla. El resultado fue corto. Los de Simeone dieron un baño de fútbol y merecieron más. Entre otras cosas porque el primer disparo de los che llegó en el minuto 70 de partido. ¡En el 70! Y así es imposible. El Valencia se despide del Vicente Calderón por la puerta de atrás y lo que es todavía más preocupante, su afición no deja de padecer. Ayer se sonrojó al ver a sus jugadores paseándose por el césped. Una hinchada que, como yo, espera y desea que la temporada se acabe cuanto antes. Esto es insufrible.
MOLINS
La completa falta de exigencia de este club a la deriva provoca monstruos. Como ya estamos más o menos salvados, alegría. Qué fácil lo tuvo el Atlético. En cada momento, lo que quiso. Sería excesivo pedirle a este equipo que tumbe al Atlético por calidad, porque tiene mucha menos que el rival. Sería deleznable en cambio creer que el Valencia puede exigirse tampoco y oponer tan poca resistencia al llegar al Calderón. Pero todo da igual, nada pasa, circulen. Si éste es el VCF que quieren, uno que le gane al Madrid de cuando en cuando, que no sufra demasiado y esté empanado una de cada dos tardes, no cuenten con nosotros.
VICENTE BAU
APÁTICOS
Nada. Nada de nada. El Valencia acudió a enfrentarse al Atlético sin ninguna ilusión por obtener nada a cambio. Salió justamente goleado ante un conjunto que tampoco tuvo que esforzarse. El Atleti ganó y goleó... pero fue más por la apatía de los de Voro que por el interés o la implicación de Simeone. Y eso es lo que nos queda de aquí a final de temporada. El Valencia últimamente sabe ganar en Mestalla bien aprovechando el empujón de una afición ejemplar pero pierde sin ningún rubor fuera de casa como sucedió ayer ante el Atlético o fechas antes el Alavés. Es lo que hay. El Valencia ha salvado la categoría pero jamás se ha ganado el cariño de mi corazón. Mal equipo, mal armado. Temporada fea que no conduce a nada. Y sí, me da miedo la que viene.
JOSEP BOSCH
Res de res, el partit ha enfrontat a dos projectes completament diferents. Els matalafers amb les idees clares, un líder incontestable, jugadors implicats i els conceptes clars. El resultat clar: tres zero i gràcies. Un Atleti al tran tran ha jugat amb el València com ha volgut i quan ho ha necessitat ha marcat tres, com hagueren pogut ser sis gols. Un trist adéu al Calderón. No hi ha més.