VALÈNCIA. Los colaboradores de Plazadeportiva.com muestran su visión sobre el Celta de Vigo - Valencia CF:
Si tu rival se empeña en regalarte dos goles con dos errores clamorosos lo mínimo que debes hacer es aprovechar su generosidad y el Valencia lo hizo. Más allá de esto, a este equipo le sostiene la intensidad y el compromiso pero poco más, porque va justo de fútbol y le cuesta dar tres pases seguidos cuando debe construir, haciendo del centro del campo un espacio solo de combate y no de juego. Esta victoria era necesaria y punto. Da la medida exacta del nivel de los dos equipos y menos mal que Aspas marcó y se lesionó porque con él en el campo quizá el resultado hubiera sido otro. Guillamón, por su parte, va justo como central pero muy bien como medio: ahora ya su transformación es imparable y muy visible. Piccini está muy lejos del nivel de primera, al menos en lo físico y ojalá podamos recuperarlo. Koba se apagó pero apunta cosas, mientras el gran capitán sigue mostrando que es el gran estandarte de este equipo tan justo de muchas cosas. De momento vivimos de su grandeza y de la inspiración de Hugo Duro. Mejor soñar con hacer mejor fútbol sumando tres puntos que no haciéndolo. Seguiremos esperando.
Es en noches aparentemente menores como ésta donde se dirime si el equipo puede aspirar -sin pasarse- a algo más que a una severa medianía. Siempre agarrado sobre una pared resbaladiza, pocas veces el grupo se cae, pero habitualmente tampoco consigue ganar metros. En Vigo, avanzó por persistencia en una propuesta áspera que pasaba por el orden y el aprovechamiento de las circunstancias. Hoy por hoy, una de las pocas maneras viables de crecer.
El Valencia ha descubierto el truco para ganar: no jugar a nada. Se trata de convertir los partidos en ejercicios de sopor, en los que el balón va de un lado al otro sin mucho sentido, como una bola de pinball. Y, por supuesto, hacer de los encuentros, cuando le conviene, en eliminatorias de la Copa Libertadores. 20 o 30 minutos de los que se juegan cinco, la mayoría en duelos aéreos. ¿Nos gusta? ¿Es un fútbol bonito? ¿Nos hace sentir orgullosos? Qué más dará, es nuestra única forma de sobrevivir.
Un partido extraño para la Primera División española. Un mal Valencia se impone a un mal Celta en un duelo que por estar mal, también estuvo mal el árbitro. Goles de Hugo Duro y Maxi que sirvieron para remontar el gol inicial del Celta. La lesión de Iago Aspas resultó fatal para los locales y un soplo de aire fresco para los de Bordalás.