VALÈNCIA. El Comité de Competición ha desestimado este miércoles el recurso que el Levante presentó el pasado lunes para evitar la sanción de Sergio Lozano, tras ser expulsado ante el Mirandés por "lanzar desde el banquillo un balón al terreno de juego con la intención de retrasar una puesta en juego". El organismo ha impuesto al centrocampista el mínimo castigo posible, un encuentro, en virtud del artículo 121.1 del Código Disciplinario de la RFEF, que hace referencia a la "expulsión directa durante el transcurso de un partido", salvo que el hecho sancionado sea de mayor gravedad. Traducido: a Lozano le cae solo un partido porque Competición interpreta que es una expulsión "normal y corriente".
Sin embargo, cabe recordar que el artículo 107 del documento federativo, relativo a "alteración del orden del encuentro de carácter grave", establece que cuando el lanzamiento de balones al terreno de juego "se realice por cualquier futbolista (...) o por cualquiera de los integrantes de los banquillos, la infracción se considerará como una actuación no correcta, y supondrá la expulsión directa del terreno de juego del autor de la misma y la imposición de tres partidos de suspensión". Ese fijo de tres citas de suspensión no ha sido aplicado esta vez al entenderse que sería una sanción, en principio, desproporcionada por no ser de carácter grave.
Tal y como informó este diario, el Levante esperaba a las lagunas que pudiera poseer la resolución del organismo sancionador para elevar el requerimiento al Comité de Apelación. El club, sabedor de que una ejecución a favor de Lozano era, de entrada, muy complicada porque Competición no suele entrar de oficio en las actas de los colegiados -aunque tiene plena potestad para ello- por considerarlas definitivas y presuntamente ciertas, va a acudir a Apelación, que habrá de resolver antes del viernes inclusive. En caso de un improbable giro de los acontecimientos, el jugador podría conocer in extremis si puede viajar a Butarque, toda vez se recupere de sus molestias de abductor.