Competir no es suficiente

VALENCIA. El Valencia CF compitió ante el Atlético de Madrid en Mestalla, pero evidenció que únicamente con eso no sirve para sumar algo positivo ante uno de los mejores equipos actualmente del panorama europeo. El equipo de Voro igualó a los rojiblancos en entrega y lucha, pero el fútbol evidenció la diferencia abismal que existe actualmente entre ambos conjuntos.

Simeone dio una de las claves sin quererlo en sala de prensa cuando se le preguntó por la fortaleza defensiva –dos goles recibidos en nueve partidos disputados- y manifestó que es un mismo trabajo realizado durante cuatro años y medio que está al frente del equipo. Mientras el Cholo ha dotado de una identidad al Atlético de Madrid, por el Valencia CF han desfilado nueve entrenadores, cada uno con su idea, que hacen que el cuadro valencianista sea irreconocible a día de hoy.

Al igual que sucedía con Ayestarán, ‘la manta’ valencianista es muy corta y cuando te mides a un coloso como el Atlético queda evidenciado. El vasco decidió ‘taparse la cabeza’ e ir hacia arriba en sus primeros partidos, lo que le costó el puesto tras cuatro derrotas. Voro, por su parte, ha preferido ‘taparse los pies’ y arropar al equipo atrás, lo que le permitió vencer a dos recién ascendidos pero no fue suficiente ante los rojiblancos que tras muchas ocasiones acabaron abriendo el marcador.

El encuentro se resolvió en el minuto 92, con la sentencia de Gameiro, pero si no lo hizo antes fue por la genial actuación de Diego Alves, que dio un golpe en la mesa tras las dudas de Leganés y demostró que puede volver a ser el mejor guardameta de la Liga. El brasileño detuvo dos penaltis y mantuvo al Valencia en el partido hasta el último minuto, pero el equipo tiene muchas dificultades en la parte ofensiva, sobre todo tras la lesión de Nani.

Poco más se le puede pedir a Voro, que aportó serenidad al equipo y consiguió romper con la mala dinámica de resultados que traía, pero evidentemente el valenciano no puede hacer magia y con las piezas que tiene es muy complicado plantar cara a un equipo como los rojiblancos, pero una cosa ha cambiado con respecto al año pasado y es que la indolencia en los partidos parece haber terminado ya que el equipo acabó entregado en el césped.

Prandelli pudo ver en primera persona las limitaciones que tiene el que a partir de ahora será su Valencia, que mostró que bien trabajado puede volver a convertirse en sólido defensivamente pero que cuando llega a tres cuartos de campo empieza a oscurecerse. Rodrigo trabaja mucho en ataque, pero se necesita más que voluntad para ser el nueve valencianista. Cancelo lleva una temporada muy intermitente y combina genialidades con desapariciones de los encuentros. Munir se pierde en banda y Mina es todo corazón, pero poco más.

Nani es el único que aporta algo diferente en ataque y ha asumido su rol de líder del equipo. Cuando más se le necesitaba, tras el gol del Atlético, se echó el equipo a la espalda pero el físico no le aguantó y tuvo que marcharse del césped antes de tiempo, lo que rompió con las grandes esperanzas depositadas en el empate.

El equipo adolece de la falta de un delantero referencia, no lo tenía antes de verano y no lo tiene, ya que tanto Voro como Ayestarán han optado por tirar a Munir a banda derecha. Tal es la evidencia, que el valenciano probó con hasta tres hombres distintos en la punta del ataque para intentar romper la defensa Atlética, algo casi impensable.

Prandelli toma este lunes el mando del equipo y trabajo tiene por delante. El Valencia CF suma seis puntos de veintinuno posibles y vuelve a tener urgencias en conseguir una victoria en la próxima salida, donde le recibirá el Sporting que llega en una pésima dinámica de resultados.