La falta de presión al colectivo arbitral de Kim Koh provocó que Mejuto González no señalara penalti cuando Sergio Ramos cogió dentro del área el balón con la mano, tan tranquilo...
VALENCIA. La falta de presión al colectivo arbitral de Kim Koh provocó que Mejuto González no señalara penalti cuando Sergio Ramos cogió dentro del área el balón con la mano, tan tranquilo. El escaso protagonismo de Meriton en la fontanería federativa hizo que Tristante Oliva desequilibrase un partido inventando un ushiro-nage a la carta. La poca seriedad que emite el club provoca que los árbitros se tomen al VCF a chota. La desidia de Layhoon y Murthy y su mínima reputación en Madrid provocan que sea muy sencillo mirar a otra parte, por eso cuando el otro día Higuaín paró con su mano un balón a gol, el árbitro decidió aplicar las reglas del balonmano. Es un cachondeo. Todo esto no pasaba cuando Ortí, Llorente o Cortés gobernaban.
Ciertamente son tantos los flancos por los que se puede argumentar la incompetencia del gobierno Lim, que el perjuicio arbitral en detrimento del Valencia no parece una culpa justa para atribuirles.
Tampoco entiendo como la reacción de protesta frente a un sistema arbitral en apariencia manoseado, controlable y anticuado, no sea exigir que se profesionalice sino querer aumentar las dosis de manoseo y control para que esta vez beneficie al Valencia, aunque solo sea por omisión de los fallos.
No hay demasiadas evidencias de que al Valencia le perjudiquen más de lo normal (¿penaltis en contra? Puede ser consecuencia de un estilo de juego heredado, de un largo historial de temporadas, de...). Más bien sí las hay sobre un par a quienes les benefician sistemáticamente. Sí las hay de que a los clubes con más peso político les tienden a tratar con benevolencia, intimidados.
Seré ingenuo y algo pazguato pero al club no le pido que se comporte como bandarras de casino y puro compartiendo copazos con Victoriano. Lo que quiero es una institución tan seria, con tanto peso y liderazgo como para comandar un cambio de verdad en la concepción arbitral que pase por la actualización de tecnologías, por mejores sistemas de designación, por la independencia total, para que los más poderosos no puedan usar su dedo a convenir.
Lo contrario es aceptar un modelo que busca eternizar los comportamientos bajo mano, favor por favor, que parezca un accidente. Una opción es disputar ese juego. Otra ser un club de progreso que se distingue por otras cosas. Prefiero lo segundo, aunque sea una apuesta a largo plazo. Sería la mejor manera de beneficiarse a uno mismo sin necesidad de que otros te beneficien.
A ver si se pone las pilas la directiva de Lim porque Pérez Lasa, Tristante Oliva y Mejuto nos están haciendo polvo.