VALÈNCIA. La enfermería del Valencia Basket empieza a asemejarse más a la de la pasada temporada que a la que se viene acostumbrando durante esta campaña. El conjunto taronja afronta un duro reto contra el Café Candelas Breogán con cuatro bajas que afectan principalmente a la posición de exterior y base, donde Guillem Vives es el único director de juego disponible. La oportunidad de conseguir el billete para el playoff de manera matemática si el conjunto taronja gana al colista se presenta en un día en que los jugadores tendrán que arrimar el hombro para ayudar en las labores de dirección.
La cesión de Sergi García al Manresa ha desencadenado la Ley de Murphy. Justo después de la salida del balear se produjo la lesión de Alberto Abalde, que tuvo que ser operado en un dedo de la mano derecha y no se espera que vuelva hasta el playoff. Un jugador que ya ha demostrado ser un buen comodín en caso de ausencias en el uno. Antoine Diot todavía no ha podido recuperarse de su sobrecarga en los isquios. Un base menos. Ayer Valencia Basket comunicó que Van Rossom sufrió un edema óseo en la rodilla izquierda en el partido contra Zaragoza y no estará esta tarde. La bala que le quedaba a Ponsarnau era subir a Matt Thomas al uno pero... se lesionó el miércoles en un entrenamiento. El escolta tiene un hematoma en el muslo derecho. Tampoco estará.
Ante este panorama que parece desolador, el técnico taronja confía en que todos sus jugadores darán un paso al frente para que Vives no esté solo ante el peligro. En este caso, serán Joan Sastre, Fernando San Emeterio y Rafa Martínez quienes asumirán ese rol cuando sea necesario. El exterior del filial Josep Puerto y el pívot eslovaco Tomas Pavelka se suman a la convocatoria para sumar efectivos. Ion Galarza sería la "quinta" baja del equipo. El canterano ha sido recientemente operado de una fractura en la nariz y tampoco podrá estar.
Esta circunstancia podría no ser del todo negativa para el Valencia Basket. Recibir al último de la liga en la Fonteta podría provocar un exceso de confianza y, en consecuencia, una sorpresa inesperada. La plaga de bajas mantendrá a los jugadores alerta en busca de un billete para el playoff que estará asegurado en caso de victoria. El conjunto taronja tiene un balance de 19-10 y ocupa la cuarta plaza.
Curiosamente, el equipo taronja ya certificó un billete esta temporada ante el conjunto gallego en la idea, el de la Copa del Rey. La clasificación para el playoff también sería matemática aunque se perdiera, siempre y cuando el Tecnyconta Zaragoza no ganase en su visita a la pista del Montakit Fuenlabrada.
Las bajas también han azotado con dureza al Breogán. Henk Norel, Sergi Vidal, Daniel Ochefu y Ricardo Úriz forman la enfermería gallega. Los malos resultados del equipo llevaron a un cambio de banquillo y desde la llegada de Tito Díaz parece que empiezan a ver la luz, pese a que no les ha permitido salir de puestos de descenso con un 9-20. Dos triunfos, en la pista del Divina Seguros Joventut y en casa ante Unicaja, en los seis últimos partidos no son suficientes. Para revertir esta mala situación se hicieron con los servicios de Ray McCallum que es dueño y señor del juego del Breogán. El base será el principal rival a parar en la pista de la Fonteta, en el regreso del equipo visitante a Valencia 15 años después.
La motivación para los gallegos es máxima ya que, aunque su posición actual es de colista, tienen exactamente el mismo balance que UCAM Murcia, equipo que cierra los puestos de salvación. De ganar en el pabellón taronja, donde no lo hacen desde 1995, podrían salir del descenso si se dieran otros resultados. Pero Valencia Basket, pese a que la victoria de Zaragoza no fue brillante, está en ritmo creciente desde la consecución del título de Eurocup y va a por su quinta victoria seguida en Liga.