VALÈNCIA. Claudia Conte ya es uno de los referentes del atletismo español. La de Benicàssim es subcampeona de Europa sub23 y sexta del mundo en pista cubierta. Pero siente que no tiene el reconocimiento que merece por su trayectoria. Y eso ha acabado llenándola de frustración. Y lo que antes era felicidad dentro de la pista, ahora es rabia y decepción en casi todas las pruebas. Aún así peleó al máximo por mejorar su marca personal, por lograr la mínima para el Mundial, por el récord de España, por dar un golpe de la mesa. Pero no llegó. Se tuvo que conformar con un botín menor, el récord de los campeonatos: 6.177 puntos.
La pupila de Manoli Alonso, que salió de las combinadas con dos medallas y un par de plusmarcas de sus atletas. La medalla de oro y el récord fueron insuficientes para Conte, según explicó, emocionada, al finalizar el heptatlón. “Estoy muy bien y sé lo que valgo. Estaba para hacerlo mucho mejor. Lo malo de las combis es que a veces te vas dejando un poco pierdes puntos por el camino. No he disfrutado todo lo que debería y he estado más pendiente de demostrar a la gente lo que soy capaz en vez de creerme yo misma de lo que yo soy capaz”.
La atleta del Playas de Castellón aspiraba ir al Europeo y al Mundial, pero le da rabia no alcanzar su objetivo. “No he salido sonriente de casi ninguna prueba y es lo que me recrimino. Lo he dado todo, pero no he podido disfrutarlo. María (Vicente) y Carmen (Ramos) no han podido estar aquí y yo, que sí he podido, no lo he disfrutado, me parece hasta injusto”.
La otra cara eran sus compañeros Óscar Andrés, que se colgó la medalla de bronce en el decatlón después de hacer marca personal en seis de las diez pruebas (7.288 puntos, nuevo récord personal), y Mara Herrando, una atleta sub20, que también rompió su techo en el heptatlón con 4.854 puntos.
“Yo soy el más feliz de la pista. Manoli y yo decidimos apostar por el absoluto, venía a por una marca personal, desde la primera prueba me encontré súper bien. El primer día fue espectacular”, explica el atleta del Playas, que da mucho valor al gran grupo de entrenamiento que tienen en Castellón junto a Jorge Dávila, Andreu Boix y otros. “Este grupo es un lujo, pero no solo por el nivel que tenemos, sino el buen rollo y el compañerismo. Se han convertido en mi familia y cuando voy a entrenar es el momento más feliz del día. Y todo es gracias a Manoli Alonso”.
Eusebio Cáceres logró su sexto título de campeón de España al aire libre. El saltador de Onil ha vuelto a subir un escalón después de años de penurias por las lesiones. Pero ha vuelto. “Soy muy cabezón”, recuerda siempre que se le pregunta. Y al cuarto puesto de los Juegos de Tokio le ha sucedido una temporada donde vuelve a ser regular por encima de los ocho metros. En Nerja, en el Campeonato de España, se tuvo que ir hasta los 8,10 (+0.2) para ser campeón, solo cuatro centímetros de ventaja sobre Héctor Santos.
La jornada se redondeó con dos nuevas medallas de bronce. Una de Carmen Marco, que justo en la final rompió su ‘costumbre’ de batir su plusmarca cada vez que corría. En las semifinales igualó su tope (11.41), pero en la final se quedó en 11.45, suficiente para subir al podio. El otro bronce llegó en los lanzamientos de la mano de Paula Ferrándiz, la atleta alicantina que no se conformó con esa posición. En su primer tiro se fue por encima de los 50 metros (50,61) en los cinco siguientes hizo nulo. Arriesgó y no le valió.
Otro que entró en una final fue el joven Miguel Izquierdo. El velocista sub23 hizo un campeonato soberbio que coronó con una nueva marca personal (10.48, +1.0) en los 100 metros que le valió la séptima posición.
Los primeros espadas de los 1.500 no fallaron. Abderrahman El Khayami se metió en la final tras acabar segundo su eliminatoria (3:44.69) y su compañero Enrique Herreros hizo lo propio con la tercera posición (3:48.73). En el camino se quedaron Mohamed Reda y Hamza Ardjoun.
Vicent Fabra logró la sexta posición en la final de pértiga. El castellonense saltó 5,15, su mejor registro este año, y luego no puedo con 5,25, que hubiera supuesto una nueva marca personal.
María González rompió una barrera que llevaba años atacando, la de los trece metros en el triple salto. La valenciana lo consiguió por los pelos en la final de Nerja, donde saltó 13,00 y acabó quinta. María Méndez saltó 11,89 (undécima).