VALÈNCIA. Al Valencia CF no le quedan más pruebas antes de ponerse de largo en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla el próximo viernes, y tras una pretemporada con buenos resultados aunque contra rivales asequibles, el ensayo general ante el Aston Villa en Mestalla no salió bien.
En una plantilla plagada de canteranos y con muy pocos efectivos de lo que debería ser una primera plantilla, el Valencia CF dará el pistoletazo de salida a la temporada ante un rival duro y sin estar, a todas luces, preparado para ello.
Con Gayà y Baraja pidiendo refuerzos, el club está bloqueado pese a las salidas de Yunus o Cavani, que han dejado hueco económico, además de las de Koba, Jorge Sáenz o las de los propios cedidos, que excepto Cenk, niguno sigue en la plantilla.
Con la única cara nueva de Pepelu, y con los Javi Guerra, Fran Pérez o Diego López cogiendo galones, el Valencia necesita ayuda, y a pesar de que el mercado cierra en casi 4 semanas, no se deberían tirar las primeras tres jornadas ligueras.
Queda mucho trabajo por delante para que Corona, Solís o Lay Hoon arreglen un desaguisado que huele igual o peor que la pasada temporada, con jugadores importantes que se han marchado y que siguen sin suplirse y con excesivas responsabilidades para los canteranos.
Tras Sevilla, Las Palmas y Osasuna visitarán Mestalla en la segunda y tercera jornada de LaLiga y mucho debe cambiar la cara de un Valencia que como se vio ante el Aston Villa, cuando un buen equipo le pisa el acelerador, no llega.
Baraja confía en que el mercado reaccione y se suba el nivel competitivo de la plantilla, que ahora mismo está cogido con pinzas, y que Corona le de la vuelta a una situación que puede ponerse límite si no se refuerza al equipo.
La puesta de largo en Mestalla no ayuda a que se vean las cosas con más optimismo y en 5 días habrá que dar la cara 'con lo puesto' en algo que como dijo el entrenador en rueda de prensa, no debería normalizarse.