EFE/Miguel OsésVALÈNCIA. Bien... pero tarde. El Levante ha acabado La Liga con cabeza alta, victoria en Vallecas y con la posibilidad de que, en caso de que la pelea del domingo por el descenso se salde a base de derrotas de los implicados, la permanencia se quede a un punto. Puede parecer anecdótico, pero los números arrojan una primera vuelta desastrosa y una segunda muy buena. Los granotas han cosechado 27 puntos en el segundo tramo; 8 en el primero. No se puede negar la reacción del equipo por salir del agujero, pero lo hizo demasiado tarde. Tuvo que llegar Alessio tras dos despidos de entrenador para que el alumno, su equipo, cogiese papel y boli y arrancase a hacer sus deberes. Costaron de plasmar las primeras líneas del italiano en el pupitre, pero al final los párrafos se han acabado escribiendo a renglón corrido.
Al Levante le han faltado empates y suerte en otras citas que han acabado cayendo con la cruz de la moneda. Y así lo ha testificado varias veces su propio entrenador. Restó algún punto en encuentros que acabó perdiendo por la mínima o incluso en citas en que cayó por descalabro en los momentos de mayor parálisis del equipo. El bloqueo del Bernabéu sí se queda en tortazo puntual de una temporada que, con su mezcla de sabores en primera y segunda parte, ha sido una auténtica pesadilla. Tan cierto es que la plantilla ha acabado entregando las tareas, como que lo ha hecho fuera de plazo. Y eso, en las clases de Primera División, significa suspenso. El club no escapa de un curso emborronado, y ya ha de empezar a estudiar para una recuperación que empieza desde ya.
Mientras tanto, a la par que la parroquia levantinista espera el examen que anunció su presidente, Quico Catalán -y que salvo sorpresa le mantendrá en su cargo para revertir la situación actual del club-, el que ya ha aprobado el suyo es Alessio Lisci. Con el romano al timón el Levante ha logrado firmar una de las mejores segundas vueltas de su historia en la élite. La tercera, concretamente, tras las marcas que consiguieron Luis García Plaza, Caparrós y Paco López. El primero logró 29 puntos, los segundos 28 y Alessio ha podido alcanzar los 27. Verdad es que el italiano nunca se ha querido desmarcar de las críticas hacia la temporada en cómputo global porque él también forma parte de la nefasta primera vuelta del equipo, pero los números del segundo tramo hablan por sí solos. Lo comentó Juanlu Gómez, agente de Alessio y leyenda del club, en 'El Matx' de Plaza Radio.
Al fin y al cabo, Alessio Lisci también ha hecho sus deberes. Al mismo tiempo, la entidad granota ha peinado posibilidades en el mercado de entrenadores para la próxima campaña, la que ha de suponer el regreso a Primera, y lo ha hecho en torno a opciones más experimentadas en una categoría que siempre se hace larga y enrevesa su camino. Sea cual sea el rastreo, el club todavía no le ha comunicado decisión alguna a su actual técnico. La reunión entre Miñambres y el entrenador será la semana que viene una vez la temporada ya ha cerrado su persiana.
Por otro lado, Alessio se ha postulado al cargo. Ha expresado su capacidad -en el campo y en los micrófonos- para ser el técnico que devuelva al club a su lugar, e incluso ha dicho que el Levante es su prioridad. Eso sí, el mercado se mueve y el trabajo del cuerpo técnico no ha pasado desapercibido en España. Tanto es así que ya antes del pasado verano Alessio pudo acabar entrenando al Real Madrid, tal y como desveló este periódico, y ahora tiene en el buzón intereses de otros clubes reales y firmes. El conjunto blanco lo quiso para uno de sus Juveniles, donde ahora entrena otro exlevantinista que coincidió en Buñol con Alessio: Pau Quesada. Se ha proclamado campeón autonómico en Valdebebas.
El contrato del transalpino acaba este próximo mes de junio y la intención del Levante era renovarle antes de anunciarle definitivamente como responsable del banquillo del primer equipo a final del pasado año. Además de todo, Alessio tiene el beneplácito de gran parte de un vestuario que, a buen seguro, cambiará considerablemente de caras el curso que viene. La afición le quiere y, aunque ese no es el factor que retumba en el seno de la entidad de Orriols a la hora de tomar la primera gran decisión en la planificación, sus números sí han acabado avalándole.
